Primeros mapas forestales. Mapas Históricos

Mapa Forestal de España en el siglo XIX

Las enseñanzas iniciadas en 1848 en la Escuela de ingenieros de montes en Villaviciosa de Odón (Madrid) son el punto de partida de un largo camino hacia la consolidación de la ciencia forestal y a la aplicación de sus conocimientos a los montes españoles. Desde sus primeros momentos destacan los trabajos cartográficos que arrancan en 1852 cuando se crean comisiones encargadas de reconocer las principales zonas forestales de la Península. Como señala Agustín Pascual (1859-61), fundador de la Escuela, su resultado fue "allegar materiales para formar el croquis forestal de España". Los primeros planos con representación de las masas forestales figuran en la Exposición General sobre los productos de la Agricultura Española de 1857, cuya Memoria (1859-61) los cita e incluye los esquemas relativos a la Serranía de Cuenca, Liébana y Sierra de Segura (Pdf, 239 KB). Estos bosquejos de cartas forestales daban una idea de la distribución de las especies principales.

Para Agustín Pascual (1818-1884) una vez que se miden el suelo y el vuelo se establece la formalidad derivada de la existencia de un inventario, lo que considera la base de toda administración. Por ello, los hechos más importantes de la geografía vegetal debían ser contemplados bajo el punto de vista estadístico. Como miembro de la Comisión de Estadística general del Reino (Pdf, 290 KB)  de la que llegó a ser su director, Pascual consigue que en la ley de 1859, relativa a la medición del territorio peninsular, aparezca el requerimiento de informes sobre la medida y distribución de la riqueza forestal. Estas ideas tuvieron una atractiva y elevada expresión técnica en los Bosquejos dasográficos de Oviedo (Pdf, 102 KB) y Santander (Pdf, 548 KB), publicados en 1862 por la Junta Central de Estadística y firmados por Francisco García Martino (1830-1890), ingeniero de la primera promoción. En estos mapas se complementaba la base cartográfica con informaciones de tipo botánico y estadístico.

Las comisiones que se crearon en la primitiva administración forestal y que entendían de estos asuntos, fueron dos:

  • Comisión del Mapa Forestal (Pdf, 290 KB) : en 1868 el primitivo proyecto de Pascual toma nuevos impulsos al crear la Comisión del mapa forestal en el ministerio de Fomento. La comisión, que pretende realizar un inventario sistemático y más exacto de la riqueza forestal, tuvo como jefe a García Martino y ocupó a otras figuras prestigiosas durante 19 años. Durante este tiempo fue más celosa de presentar un acabado trabajo de conjunto, que de ir publicando los estudios parciales, terminados y conservados en el que fue un rico archivo. Se suprimió en 1887, ya muerto Pascual y motivada por rencillas corporativas entre las figuras más destacadas del colectivo. Los esfuerzos y logros desaparecieron en su práctica totalidad, sin aparecer ninguna publicación y sin ningún beneficio aparente. La polémica corporativa se saldó porque el ahorro conseguido con su disolución se destinó al incremento de sueldo de la plantilla del Cuerpo. Fue un Ingeniero de Montes, como Director General de Agricultura, quien antes de suprimir la Comisión del Mapa Forestal sustituyó a García Martino por Lucas Olazábal. En el Catálogo de los objetos expuestos por el Cuerpo de Ingenieros de Montes publicado con motivo de la Exposición Universal de Barcelona de 1888, se menciona la existencia de un mapa forestal de España a escala 1:500.000, una colección de 49 mapas dasográficos de las provincias de España a escala 1:200.000; bosquejos dasográficos (Pdf, 409 KB) y estadísticos; y una colección de 12 mapas de España a escala 1:500.000 en los que se representaba la relación entre la superficie total de cada provincia y la que en ella ocupan los montes de cada una de las especies. De su producción apenas se han conservado unos pocos fragmentos, seguramente a causa de la destrucción durante un bombardeo en 1936 del edificio que albergaba provisionalmente a la Escuela de Montes. Mapas dasográficos

 

  • Comisión de la Flora Forestal: mejor resultado tuvo la Comisión de Flora Forestal establecida en 1867 y en la que se encargó a Máximo Laguna (1826-1902), también ingeniero de la primera promoción, junto con Pedro de Ávila, verificar los estudios preparatorios y recoger los datos necesarios para la redacción de una Flora forestal española. Tras varios años de excursiones por prácticamente la totalidad de la península se formó un magnífico herbario, que también desaparecería en el incendio de 1936, y se tomaron datos referentes a la distribución, cultivo y aprovechamiento de las especies leñosas. Las impresiones del contacto establecido con nuestros montes quedaron recogidas en sendas memorias que reunían los recorridos y trabajos verificados, publicados en 1870 y 1872. La base material de conocimiento se proyectó posteriormente en la elaboración de un libro que reunía la descripción detallada de nuestras especies forestales. El primer tomo apareció publicado en 1883, saliendo el segundo en 1890, junto con un atlas que representaban a las principales especies forestales en excelentes láminas en color, obra de Justo Salinas. El texto redactado fue la guía de gran número de promociones de forestales que encontraban por fin un tratamiento adecuado de nuestra riqueza forestal. Por el interés que pueda tener como representación geográfica de la flora forestal en las postrimerías del S.XIX, se reconstruyen a continuación algunos de los itinerarios descritos en las memorias de la Comisión de 1870 y 1872. Acceso a las rutas

Mapa Forestal de España en los inicios del siglo XX

Completar la labor cartográfica iniciada en el siglo anterior fue posible gracias a Luis Ceballos Fernández de Córdoba (1896-1967), autor de los estudios de la flora y vegetación forestal de las provincias de Cádiz, Málaga, Sevilla (cuyo mapa no llegaría a publicarse, al ser destruida durante la contienda bélica) y de las Canarias (1951). Estas iniciativas las realizó dentro del Instituto Forestal de Investigaciones y Experiencias (IFIE). Además de Ceballos, otros forestales, dentro del propio IFIE, realizaron otras aportaciones al Mapa Forestal, estos fueron Bolaños con un mapa de la provincia de Huelva, inédito y del que no se llegó a publicar y Jordán de Uries con el mapa de la provincia de Lérida de 1951. Estas iniciativas en su conjunto se las puede considerar la continuación de la labor iniciada en el siglo anterior por la Comisión del Mapa Forestal.