III Jornadas de Educación Ambiental

Grupo de Trabajo: Investigación y evaluación en educación ambiental

Pamplona, 10-12 de diciembre de 1998

 

PRESENTACIÓN: ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN, SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS DE FUTURO DE LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN AMBIENTAL EN ESPAÑA

(Javier Benayas del Alamo. Departamento de Ecología, Universidad Autónoma de Madrid - Correo-e: javierbenayas@uam.es)


De forma progresiva la EA ha ido haciéndose hueco en los nuevos planes de estudio de algunas licenciaturas y en las líneas de investigación de algunos departamentos universitarios, algunos de los cuales ya cuentan con equipos estables que de forma parcial o monográfica, se dedican a trabajar a nivel docente o investigador en esta disciplina.

Un dato revelador de este lento pero sostenido crecimiento de la incorporación de la EA a la universidad española queda reflejado en el número de tesis doctorales leídas en nuestro país en los últimos años. Según un estudio realizado por nuestro equipo (Benayas, 1996)* en España se habían presentado un total de unas 25 memorias de tesis doctorales relacionadas con algún aspecto o faceta de la EA (Junio 1995). Esta cifra se ha visto incrementada hasta 35 tres años más tarde (Junio 1998). Desde el año 1978, fecha de la primera referencia, el número de tesis defendidas ha ido creciendo de forma exponencial en cada período quinquenal analizado de tal forma que se presentaron 3 trabajos en los primeros años de 1981-85; 6 en el período comprendido entre los años 1986-90, 16 entre 1991-95, y 10 más en los dos años posteriores, cantidad que se estima se incrementará hasta alcanzar el número de 30 en el actual quinquenio hasta finales del 2.000. Esta evolución tan espectacular parece revelar el gran interés que ha despertado los temas de EA en el ámbito universitario.

Estos trabajos de investigación han sido defendidos ante tribunales formados en 16 centros universitarios diferentes, siendo la Universidad Autónoma de Madrid una de las más activas en este campo con cuatro memorias presentadas en el Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias. Las dos primeras dirigidas por el profesor Fernando González Bernáldez, referente ineludible al ser uno de los principales pioneros en incorporar la faceta de análisis e investigación al campo de la EA. La Universidad Nacional de Educación a Distancia y la Universidad de Santiago de Compostela, también con cuatro trabajos son otros de los centros con mayor dinamismo en esta temática, aunque en el contexto de Facultades de Educación. Las Universidades de Granada y Salamanca aparecen con tres tesis cada una, mientras que con dos se sitúan las de Valencia, Barcelona, Murcia y La Laguna. Solamente con una memoria de doctorado aparecen los centros universitarios de la Autónoma de Barcelona, Sevilla, Málaga, Huelva y la Universidad de Islas Baleares.

A nivel territorial, las 11 tesis leídas en el ámbito de la Comunidad de Madrid (si incluimos las 4 de la UNED) confieren a esta comunidad una mayor relevancia y peso, seguida por Andalucía con 6 trabajos y Galicia con 4. Si ninguna duda, dentro de estas áreas geográficas se encuentran los equipos de investigación más numerosos y potentes. Llama bastante la atención el hecho de que Cataluña, territorio en el que la EA ha tenido una gran desarrollo y diversificación desde sus inicios a comienzo de los años 80 solamente se encuentre representada por tres trabajos.

En relación con las áreas de conocimiento donde han sido realizadas, se aprecia que más de la mitad (68%) de las 35 tesis sometidas a estudio han sido defendidas en Facultades del área de la Pedagogía o Ciencias de la Educación (10 en Dptos. de Didácticas de la Ciencias, 7 en Dptos. de Teoría e Historia de la Educación y 4 en Dptos. de Investigación Educativa), mientras que un 20% aparecen asociadas con centros de Ciencias Biológicas (las 7 en Dptos. de Ecología) y un 6% tanto con Facultades de Psicología como de Geografía. Ahora bien, es interesante hacer notar que cerca del 40% de los autores de estas investigaciones eran previamente licenciados en Ciencias, fundamentalmente en Biología, y que parcialmente, han optado por defender sus proyectos en ámbitos académicos de carácter más educativo. Parece por tanto que la EA ha echado unas profundas raíces en las áreas de conocimiento de la Pedagogía y de la Ecología, mientras que es mucho más reducida su implantación en otras disciplinas como la Geografía, Psicología o incluso de la Sociología, área en la que no se ha detectado la realización de ningún trabajo de doctorado. Dentro del contexto específico de la pedagogía estos resultados muestran la existencia de una cierta presión entre las áreas de las didácticas especiales y los departamentos de Teoría e Historia por mantener un cierto control de esta disciplina, hecho que se ha puesto de manifiesto en las distintas reuniones temáticas que se han celebrado.

Estas luchas parecen un tanto absurdas e improductivas en un área tan nítidamente interdisciplinar como es la EA. No es solamente bueno el que personas de distintas disciplinas se impliques en tareas de investigación en esta temática sino que incluso es recomendable e ineludible. El campo de la EA se enriquecerá y será más dinámico cuanto mayor sea el número de ámbitos profesionales que aporten sus experiencias. Ahora bien, la Universidad necesita reorientar sus relaciones y contactos interpersonales asumiendo y primando una actitud más abierta y de respeto hacia el trabajo y la labor desempeñada por los especialistas de diferentes campos disciplinares. Este puede ser uno de los grandes retos de futuro que será necesario superar pues en la actualidad los profesores universitarios tendemos a sentirnos el centro del universo y el punto de referencia ineludible de todo los aspectos o actividades que tienen relación directa con nuestras áreas de especialización. La creación de equipos y seminarios interdiciplinares que compartan proyectos o debatan sobre sus resultados de investigación es sin ninguna duda una de las vías que puede permitir un mayor impulso y evolución de la EA en nuestro país.

El incremento tan apreciable de memorias de investigación sobre EA descrito en los anteriores párrafos, también puede ponerse de manifiesto al analizar la evolución experimentada por los trabajos de investigación presentados a diferentes jornadas y reuniones monográficas sobre el tema. La gran mayoría de los 85 trabajos presentados a las I Jornadas Nacionales de EA -celebradas en 1983 en Sitges- se centraban en describir y narrar con cierto detalle experiencias y programas de EA y solamente el 4,7% tenía algún planteamiento que podríamos denominar de investigación. Cuatro años más tarde en las II Jornadas de EA -realizadas en esta ocasión en Valsaín en 1987- la cantidad de trabajos de estas características se había incrementado de forma apreciable hasta el 14,5%. Datos muy similares se pueden aportar al comparar la tipología de comunicaciones presentadas al I y II Congreso de EA en la comunidad andaluza, celebrados casi con 10 años de intervalo en 1985 y 1994 respectivamente. Mientras que en el primero los trabajos de investigación y análisis apenas superaban el 2% en el segundo encuentro se habían incrementado hasta el 17%. Parece por tanto, que durante estas dos décadas la EA ha ido superando su primera etapa en la que principalmente se potenciaba la realización de múltiples experiencias sin pararse a pensar y reflexionar mucho si la dirección o planteamientos de éstas eran acertados para alcanzar los fines perseguidos. En los últimos año no solamente la universidad ha incrementado su implicación con el desarrollo de trabajos de investigación sino que de forma general un gran número de educadores ambientales también han elaborado trabajos de reflexión en relación con sus prácticas didácticas de carácter ambiental.

Algunos de estos trabajos de investigación han sido publicados en diversos medios especializados de difusión bastante limitada, trabajos que en su gran mayoría son de un gran interés para el desarrollo de la EA en nuestro país. En la actualidad se cuenta con una media docena de equipos de investigación de gran calidad que gozan de un apreciable prestigio, tanto nacional como internacional. Este hecho ha propiciado que España sea en la actualidad uno de los países en los que esta disciplina está teniendo un mayor desarrollo e implantación. Pero curiosamente casi todos estos trabajos de investigación son prácticamente desconocidos por la inmensa mayoría de los educadores ambientales de nuestro país. Contamos con equipos de investigación de un gran nivel pero carecemos de los medios e instrumentos apropiados para facilitar la difusión de sus resultados. Esto podría ayudar a promover la realización de un debate en profundidad entre los profesionales de la EA sobre los límites y posibilidades de su práctica. Parece por tanto, necesario y recomendable que estos avances salgan de las herméticas paredes de los despachos universitarios y de las selectas revistas científicas para contribuir de forma directa y activa a que todo el colectivo de los educadores ambientales puedan avanzar y evolucionar hacia ese objetivo tan deseado e intangible como es el desarrollo sostenible. La potenciación de publicaciones periódicas como las revistas "Ciclos, Cuadernos de Educación, Comunicación e Interpretación Ambiental" o "Tópicos en Educación Ambiental" deberían ser unos buenos precedentes que pudieran contribuir a invertir este proceso.

Para finalizar estas reflexiones sería interesante analizar las posibles causas que han llevado a la proliferación tan rápida de tesis doctorales y proyectos de investigación en esta materia, posiblemente un caso único en la ciencia española. Una de las posibles explicaciones a esta situación reside en la dinámica de creación de lo nuevos planes de estudio y la demanda de la universidad de contar con profesores especializados que pudieran asumir la docencia de asignaturas específicas de EA. Ahora bien, la relevancia que esta adquiriendo la EA dentro de la sociedad española como alternativa para controlar y solucionar los problemas ambientales es sin ninguna duda uno de los argumentos de mayor peso. Las administraciones públicas con competencias en medio ambiente, que están invirtiendo unos 10.000 millones de pesetas anuales en la promoción de campañas y programas de EA, están cada vez más interesadas en valorar si estas inversiones son realmente efectivas para alcanzar los objetivos y fines que pretenden. No obstante también hay que tener en cuenta que la EA aparece con mucha frecuencia ligada a la moda de la Ecología y lo "verde", lo cual mueve a muchas empresas y políticos a apostar por esta etiqueta como gancho para captar el interés del público con otras finalidades muy distintas a las propiamente definidas para la EA. Estas entidades suelen ser las más reacias a invertir en programas efectivos de EA y prefieren optar por intervenciones más masivas y de planteamientos más superficiales y bucólicos. La investigación tiene una importante misión social que cumplir convirtiéndose en una herramienta indispensable para contribuir a separar el grano de la paja de tal forma que sus resultados ayuden a diferenciar de una manera pública aquellas instituciones que apuestan por programas de EA de calidad frente aquellas otras que hacen un uso más propagandístico y tendencioso. En este sentido, los "científicos" y especialistas universitarios deberían convertirse en un foro de referencia social que identificara caminos de acción eficaces por los que encauzar las futuras intervenciones de EA.

Algunas reflexiones complementarias que pueden ser tomadas como puntos de referencia para el debate del grupo de trabajo.

  • La investigación en EA en España es diversa y de gran calidad pero en la mayoría de las ocasiones se encuentra muy aislada y desconectada.
  • El intercambio de los resultados obtenidos en los trabajos de investigación es muy pobre a nivel estatal. No existe ninguna revista o medio de comunicación especializado. Tampoco ha sido posible la creación de un seminario permanente o grupo de discusión sobre el tema.
  • También parece urgente la necesidad de contar con programas de doctorado especializados que puedan estar dirigidos a formar a los futuros especialistas universitarios que desean dedicarse profesionalmente a investigar o impartir docencia sobre EA. Todas las tesis que se han realizado hasta la fecha han sido elaboradas dentro de programas genéricos que en la mayoría de las ocasiones no incluyen ninguna materia relacionada con la EA.
  • De forma general se detecta una cierta carencia de conexión fuerte y efectiva con profesionales y entidades de investigación de otros países con amplia tradición en este tipo de investigaciones. Aunque en los últimos años se puede apreciar un importante cambio en este sentido.
  • En la actualidad se percibe la existencia de un cierto conflicto de planteamientos y enfoques entre aquellos investigadores que se decantan por paradigmas de análisis cuantitativos o sumativos frente a los que lo hacen por métodos cualitativos y formativos. Ambos enfoques pueden ser dos formas complementarias de acercarse a describir la realidad de las situaciones de EA que se desean analizar.
  • Se hace necesario diseñar, probar y tipificar instrumentos de investigación que faciliten la tarea de análisis de la efectividad de los programas de EA. En este sentido, también se considera muy recomendable llegar a definir un sistema amplio de indicadores del estado de desarrollo de la EA que pudieran ser tomados de referencia a la hora de establecer comparaciones o evaluar las políticas de EA que se aplican en nuestro país.
  • Es fundamental estimular la investigación-acción continua y cotidiana de los educadores ambientales a través de la valoración del tiempo que destinan a estas tareas de investigación. También resulta prioritario animarles a que asuman prácticas docentes que les permitan sistematizar sus vivencias y experiencias educativas. Es por tanto importante hacer esfuerzos por identificar vías para conectar la práctica cotidiana con la teoría científica y a su vez procurar convertir las aportaciones teóricas en instrumentos que sirvan para la práctica didáctica.
  • Para progresar es necesario dedicar más esfuerzos y fondos a la investigación, aunque los frutos se vean a largo plazo. No siempre lo más vistoso es lo más efectivo. La única forma de evolucionar y madurar es reflexionar, analizar e investigar sobre las mejores vías para sensibilizar a la población hacia la resolución de los retos ambientales de nuestra sociedad.
  • En este sentido es necesario hacer constar que la proporción de dinero que se destina a proyectos de investigación en relación con las inversiones globales dirigidas a promover programas de sensibilización y educación ambiental es totalmente ridícula e insignificante.
  • La única forma efectiva de optimizar las inversiones en programas de EA es evaluar e investigar sobre los resultados obtenidos. En este sentido, la investigación aparecerá siempre ligada con programas de EA que primen la calidad frente a la cantidad y la masificación.

Casos de estudio:


*Benayas J. (1996): La investigación en educación ambiental. Análisis de las tesis docotrales sobre educación ambiental leídas en España. En: Gutiérrez J; Perales J; Benayas J y Calvo S. (Eds) (1997): Líneas de investigación en educación ambiental. Universidad de Granada.

CONCLUSIONES DEL GRUPO DE TRABAJO

Uno de los problemas detectados en los debates mantenidos por el grupo de trabajo reside en la falta de datos concretos sobre los resultados e impactos educativos y ambientales que los diferentes programas y proyectos de EA realizados en España han podido generar en los últimos 25 años. Por este motivo se considera prioritario profundizar en el análisis y conocimiento de los éxitos y fracasos de las prácticas de sensibilización ambiental realizadas hasta la fecha. También se considera necesario que al menos la administración incorpore, de forma sistemática e ineludible, procesos de evaluación y seguimiento al diseño de todos los programas y actividades de EA que promueve.

El compartir y reflexionar de forma conjunta sobre experiencias concretas de EA es probablemente una de las mejores vías de evaluación-investigación a partir de la acción. En este sentido, se deberían dar facilidades para que se crearan equipos mixtos de investigación entre educadores e investigadores que puedan profundizar en el análisis de la práctica educativa y establecer conexiones más intensas entre la teoría y la práctica de la EA. En este sentido se considera muy recomendable recuperar y potenciar la experiencia de los seminarios permanentes temáticos que se crearon a partir de las anteriores Jornadas de Valsaín (1987) y que supusieron un avance considerable de los planteamientos de la EA en nuestro país.

Accesos Directos