Las cuatro de la madrugada en una atmósfera abierta, serena y cálida, en el lucio de Cerrado Garrido.
Sobre un continuo de anfibios e insectos gruñen dos calamones.
Los silbidos agudos de una bandada de avocetas se confunden con las lIamadas más dulces de archibebes comunes y chorlitejos grandes.
Una oca trompetea aquí cerca, y un grupo de flamencos se alimenta en el centro del lucio. El ritmo de la secuencia es variable, con momentos de actividad y otros de calma, casi silencio.