Saneamiento y depuración

A lo largo de su historia el hombre ha necesitado el agua para su consumo, el desarrollo de la industria, la producción de energía, como sistema de protección o para mejorar su confort, utilizándola tras su uso como vehículo para deshacerse de sus desechos, naciendo así la denominación de “aguas residuales”.

La evidencia más temprana de saneamiento urbano se ha encontrado en los antiguos núcleos de población del valle del Indo (año 2.600 AC). En estas ciudades las casas contaban con abastecimiento de agua extraída de pozos y disponían de una estancia que se utilizaba como cuarto de baño desde la que las aguas residuales se dirigían a desagües cubiertos y alineados junto a las calles principales.

Cloaca máxima de Roma
El primer desarrollo avanzado en materia de saneamiento se produjo en las antiguas ciudades y villas romanas, que combinaban redes de suministro de agua dulce con desagües para la recogida y eliminación de las aguas residuales. En estas ciudades retirar el agua residual fue desde el principio una prioridad, debido a los molestos olores causados por su acumulación en las calles y al desarrollo de enfermedades asociadas a estas aguas.
 

Posteriormente, durante la Edad Media, en toda Europa y gran parte de Asia no se construyeron adecuados sistemas de saneamiento, dando lugar a unas condiciones de insalubridad y hacinamiento que provocaban, periódicamente, pandemias catastróficas.

Museo alcantarillado de París

A finales del siglo XVII se recupera la costumbre de construir desagües de agua de lluvia en las ciudades, en su mayor parte en forma de canales abiertos o zanjas en las calles, y que permitían evacuar el agua durante los episodios de tormenta. Aunque al principio estuvo prohibido arrojar desperdicios en ellos, en el siglo XIX se aceptó que la salud pública podría salir beneficiada si se eliminaban los desechos humanos a través de estos desagües y conseguir, así, su rápida desaparición.

Junto con la introducción del abastecimiento municipal de agua y la instalación de cañerías en las casas, llegaron los inodoros y los primeros sistemas sanitarios modernos. Asimismo, a comienzos del siglo XX algunas ciudades e industrias empezaron a reconocer que el vertido directo de desechos en los ríos daba lugar a múltiples problemas sanitarios. Esto llevó a la construcción de instalaciones de depuración y al desarrollo de sistemas de tratamiento cada vez más evolucionados.

 

Durante aquellos mismos años se introdujo la fosa séptica como mecanismo para el tratamiento de las aguas residuales domésticas, tanto en las áreas suburbanas como en las rurales. Hoy en día en el mundo desarrollado se ha generalizado la depuración de las aguas residuales, pero en España hubo que esperar hasta principios del siglo XX para que se comenzaran a construir las primeras instalaciones de depuración, como son las depuradoras de Don Benito o La China, en Madrid, de la que se conservan los planos primigenios de su construcción que datan del año 1928.

Es en el siglo XX cuando se produce el arranque de la legislación en materia de saneamiento y depuración en España, destacando las siguientes disposiciones:

• Circulares del MOPU de 1959 y 1960 que clasifican los ríos españoles en protegidos, vigilados, normales e industriales, con una calidad de referencia decreciente, lo que en teoría significaba que los vertidos debían ser controlados en función de la tipología del cauce al que vertían, que a su vez estaba relacionada con los potenciales usos del agua en cada caso.

• Recomendaciones para el Diseño de Instalaciones de Depuración, publicadas en 1974 por el Centro de Estudios Hidrográficos del CEDEX.

• Modelo de Pliegos de Bases para la redacción de Proyectos, publicado por el CEDEX en 1983.

Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas, y desarrollo de los Planes Hidrológicos de Cuenca (PHC).

Directiva 91/271/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas.

Real Decreto-ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas.

Real Decreto 509/1996, de 15 de marzo, de desarrollo del Real Decreto-ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas.

• Planes Nacionales de Saneamiento y Depuración:

o Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales 1995-2005.

o Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración 2007-2015.

o Plan Nacional de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización (Plan DSEAR).