Estamos en un corral. entre dos muros de arena, bajo el ladrido de un águila imperial que sobrevuela su cazadero.
Por debajo, entre los pinos que a duras penas crecen en los espacios dejados por las dunas, deambulan unos rabilargos. En un nido, el adulto entra con un silbido suave y los pollos, de una semana de edad, empiezan a pedir alimento.
Una brisa fuerte sacude las ramas y comienza la canción aflautada y rítmica de un carbonero común.