Planificación hidrológica

Embalse de Bolarque y elevación y conducción hasta el embalse de la Bujeda.

La planificación hidrológica tiene como objetivos generales conseguir el buen estado y la adecuada protección del dominio público hidráulico y de las aguas, la satisfacción de las demandas de agua, el equilibrio y armonización del desarrollo regional y sectorial, incrementando las disponibilidades del recurso, protegiendo su calidad, economizando su empleo y racionalizando sus usos en armonía con el medio ambiente y los demás recursos naturales. Asimismo, la planificación hidrológica debe contribuir a paliar los efectos de las inundaciones y sequías.

El sistema español de gestión del agua se asienta desde principios del siglo XX en la planificación hidrológica por ser la herramienta más eficaz para la distribución eficiente y solidaria del recurso disponible.  Permite la identificación de las medidas que hacen posible llevar a cabo esa distribución de manera sostenible tanto desde el punto de vista económico como social y medioambiental. Esa planificación hidrológica, que incorpora como principio rector de gobernanza el de la participación de los usuarios y las administraciones implicadas, toma como unidad de referencia la gestión por demarcaciones hidrográficas.

Hoy en día, los planes de cuenca hacen especial hincapié en el reto de alcanzar el buen estado ecológico de las aguas en el año 2015 para dar cumplimiento a la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea. Esta Directiva ha supuesto la sustitución del enfoque tradicional de satisfacción de la demanda por un nuevo enfoque que pretende alcanzar el buen estado de todas las masas de agua.