El glifosato es un herbicida de amplio espectro, estando su uso muy extendido en agricultura en España. Se degrada en el medio ambiente transformándose en el metabolito conocido como AMPA, por ello, en las redes de seguimiento siempre se controla el glifosato y el AMPA.
Las concentraciones del glifosato y su metabolito AMPA se vigilan en las masas de agua en riesgo a través de los Programas de Seguimiento de las aguas superficiales y subterráneas.
El glifosato y el AMPA están considerados a nivel normativo como contaminantes específicos de cuenca, existiendo una norma de calidad para evaluar el estado de las aguas en lo que se refiere a contenido de estos contaminantes. Para las aguas superficiales, dado que no existe una norma de calidad ambiental europea, la norma de calidad propuesta es 0,1 µg/L para el Glifosato y 1,6 µg/L para el AMPA, tal como se publica en el Anexo 5 de la Guía para la evaluación del estado de las aguas superficiales y subterráneas. En aguas subterráneas, se adopta la norma europea que es 0,1µg/L para ambas sustancias.
Para aguas superficiales, si bien se cuenta con datos desde 2014, los últimos años ya cuentan con un número de puntos de muestreo aceptable, y los resultados de las analíticas informan sobre porcentajes superiores al 30% de puntos que superan el valor de 0,1 µg/l. Si bien se observa un leve descenso del porcentaje entre 2020 y 2021, el mismo se tendrá que ver confirmado en los próximos años.
A continuación, se presentan los mapas con los datos más actualizados con los que cuenta la Subdirección de Protección de las Aguas y Gestión de Riesgos, que se corresponden con el año 2021. Además, toda esta información se puede ampliar con la lectura del siguiente informe: