Los sonidos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia
Bajo un cúmulo de gaviotas
Vistas en la distancia, las islas atlánticas de Galicia parecen las prolongaciones naturales de las crestas rocosas que delimitan las rías. Desde cerca su aspecto confirma esa visión: las mismas formas escarpadas, las mismas playas protegidas en la cara interior, iguales rompientes hacia mar abierto. Pero ahí acaba el parecido. En comparación con las islas, las costas continentales son un reducto de paz. Los archipiélagos de Cíes, Ons y Sálvora, y en menor medida Cortegada, son escenario de uno de los espectáculos más ruidosos de la naturaleza, las colonias de gaviotas patiamarillas, formadas por miles y miles de las aves más vocingleras y ruidosas. Las letanías, maullidos y lamentos de las gaviotas lo cubren todo, a todas horas y en las cuatro épocas del año. La confusión es total, permanente.
Incluso el mar tiene periodos de calma más frecuentes y prolongados.
Así, las gaviotas tienen un papel en todos los paisajes sonoros de este disco. Unas veces protagonista, en primer plano; otras, dibujando con sus voces el horizonte sonoro. En realidad tales paisajes pertenecen a todas las islas en general y a ninguna en particular. Son fragmentos oídos aquí y allá, en lo alto de un acantilado en Ons, junto a un muelle en la isla del Faro, o en los bajíos de Cortegada, desde la costa. Y de estos fragmentos ha emergido una nueva isla, formada sólo de sonidos, que resume en varias secuencias algunos de los momentos más notables del año.
Carlos de Hita
