La secuencia transcurre tras la tormenta y antes de que empiece un suave chaparrón. En verano, por la tarde, los saltamontes rellenan el fondo sonoro de los Pirineos. Diferentes especies estridulan en los herbazales y los piornales de las laderas.
Las mismas hierbas que comparten con otros habitantes de las praderas. Junto a un abrevadero, sestea el ganado que sube a los pastos más altos, lejos de los tábanos y en busca del frescor que no encuentra en los valles.