Los sonidos del Parque Nacional del Teide

Los sonidos del silencio

Los sonidos del Parque Nacional del Teide


Incluso en el más desolador de los desiertos la actividad de los animales se hace notar. Pocos parajes habrá tan silenciosos como la gran caldera volcánica del Teide, las planicies de las Cañadas. Y, sin embargo, con un poco de paciencia y buena suerte, hasta los más profundos vacíos se verán animados por las voces de canarios, mosquiteros y alcaudones que, muy dispersos, deambulan por esas soledades.

Pero no hay que desistir. Los imponentes paredones volcánicos que encierran Las Cañadas reflejan en forma de ecos las voces de algunas especies rupícolas, más abundantes aquí que en los llanos anteriores. Y ya fuera del Parque Nacional, pero en los pinares que conforman la corona forestal del Teide, la atmósfera se caldea con los cantos del bosque. Y si seguimos bajando, por el fondo de alguno de los imponentes barrancos que antes sirvieron de cauce a la lava y ahora a las frescas corrientes de agua, el ánimo se irá templando poco a poco al vernos envueltos en un auténtico jolgorio.

Invirtamos ahora el orden de marcha. Empieza el disco, empieza la ascensión muy abajo, en el barranco de los Cochinos, tan cerca del mar que hasta las aves marinas sobrevuelan la escena. Dejemos para más adelante, más arriba, la desolación del Teide.

Carlos de Hita

Carlos de Hita

Cortes sonoros

Ficha técnica