Caracterización de la vegetación de ribera

Especies recomendadas para la repoblación de riberas degradadas en las distintas regiones estudiadas.

Se recomienda a continuación la utilización, por regiones, de un conjunto de especies que, por su carácter autóctono en estas zonas y su importancia ecológica, son de interés en la repoblación de estas zonas degradadas. En todo caso, es preciso contrastar el carácter de especies autóctonas locales de estas especies, ya que resulta casi imposible recomendar el empleo de especies con un carácter general en regiones tan extensas. Además, es preciso valorar con detalle las características de los tramos concretos en que vayan a realizarse las plantaciones, con el fin de adecuar la lista de especies finalmente elegidas a las condiciones socio-ambientales propias de los mismos.

Por otra parte, las especies citadas son las que se pueden considerar como principales en la repoblación, pero en el catálogo florístico de cada una de las regiones estudiadas es posible seleccionar, asimismo, diversas especies arbustivas acompañantes, que son también de mucho interés en el buen fin de estas actuaciones.

Las especies que se pueden emplear en la mayor parte de los casos son Tamarix africana, T. canariensis y Salix purpurea. También Populus alba, Salix alba y Fraxinus angustifolia pueden utilizarse de manera secundaria. En situaciones mesótrofas cabe la utilización de Salix salviifolia.

Salix purpurea y S. eleagnos son los arbustos más apropiados para utilizar en recuperaciones de riberas en la zona. En las áreas más frescas S. atrocinerea es igualmente una especie adecuada. El empleo de Fraxinus angustifolia, el árbol más extendido en el área, es también factible. Solo en las menores altitudes es propio emplear Salix alba, Tamarix sp. pl. o Populus alba.

La adelfa (Nerium oleander) el la planta más recomendable y efectiva, aunque en las cotas altas debe ser sustituida por Salix atrocinerea y S. eleagnos. En las orillas de cursos de agua estables se puede emplear además Salix alba, Fraxinus angustifolia, Tamarix canariensis y Populus alba.

En las ramblas aparece extendido Vitex agnus-castus y en la costa Tamarix canariensis, que son las especies más recomendables para la recuperación ambiental de riberas en las islas Gimnesias. En las situaciones más frescas también los fresnos (Fraxinus angustifolia) son utilizables.

Este gran territorio es muy variado, de forma que pocas plantas se pueden utilizar indiscriminadamente. El tamujo (Flueggea tinctorea) es sin duda la más extendida, versátil y útil. En la mitad sur del sector, en zonas sin heladas tardías, también la adelfa (Nerium oleander) se puede emplear ampliamente. Los cursos continuos mantienen normalmente fresnos (Fraxinus angustifolia) y sauces salvifolios (Salix salviifolia). En zonas montanas puede ser recomendable la utilización de loros (Prunus lusitanica), sauces negros (Salix atrocinerea) o alisos (Alnus glutinosa).

La ausencia de vegetación leñosa bien conservada dificulta enormemente la elección de especies apropiadas para la recuperación de la vegetación de las riberas del sector. Las plantas recomendables son Salix purpurea, Tamarix canariensis, Populus alba y en las áreas marginales más frescas Fraxinus angustifolia y Salix atrocinerea.

En las orillas de arroyos libres de sulfuros metálicos se puede emplear Nerium oleander, Flueggea tinctorea y, en menor medida, Fraxinus angustifolia.

El sauce negro (Salix atrocinerea) es, sin duda, la planta que se debe emplear en este sector para la recuperación de la vegetación de arroyos. Fraxinus angustifolia y Frangula alnus, pueden utilizarse también en bajas proporciones.

Son especies recomendables Tamarix canariensis, Salix purpurea, S. alba y Populus alba y en menor medida Fraxinus angustifolia. No se recomienda el empleo de adelfas, pues los adelfares faltan de manera natural en la mayor parte del sector

Salix purpurea, S. atrocinerea y S. eleagnos junto a Fraxinus angustifolia en la mayor parte del territorio, aunque en cotas bajas y zonas cálidas deben ser sustituidos por Tamarix canariensis, T. africana, Salix alba, Populus alba y en muchos casos Nerium oleander.

Las plantas que se pueden emplear con mayor garantía de acierto son Tamarix canariensis, T. africana y Nerium oleander. En cursos continuos también Populus alba, Salix alba y Fraxinus angustifolia, pero no se recomienda el empleo abusivo de olmos porque se ignora su verdadero papel ecológico natural.

La vegetación de este sector es delicada y no es nada recomendable la intervención en tramos montanos. Nerium oleander, Salix pedicellata y Fraxinus angustifolia son las plantas que se pueden utilizar en zonas degradadas y, en lugares más frescos, Salix atrocinerea y Alnus glutinosa. En los canutos degradados, además se puede contemplar el uso de Rhododendron ponticum.

También en este sector Nerium oleander, Salix pedicellata y Fraxinus angustifolia son plantas recomendables. Además, según las condiciones particulares de los barrancos se puede emplear S. atrocinerea y S. eleagnos  y en cursos bajos Tamarix canariensis, T. africana, Salix alba y Populus alba.

La complejidad ambiental del sector dificulta la elección de las plantas apropiadas para cada situación. Las utilizables en la mayor parte de los casos son Salix atrocinerea, S. eleagnos y S. purpurea. El empleo de Alnus glutinosa y Fraxinus angustifolia es también posible.

Se puede recrear la vegetación de algunos barrancos degradados mediante la plantación de Salix canariensis o de Erica arborea. En zonas litorales se puede emplear Tamarix canariensis para recuperar antiguos tarayales. En situaciones correspondientes a laurisilva hidrófila, Ocotea foetens es una de las plantas más interesantes.

Solo se recomienda la utilización de Tamarix canariensis para recuperar tramos que mantuvieran previamente tarayales.