Montes de Valsaín y Cabeza de Hierro: flora y vegetación

Flora y vegetación Montes Matas y Pinar de Valsaín

Los montes Matas y Pinar de Valsaín han sido objeto de estudio desde antiguo por su reconocida importancia natural e histórica, su riqueza florística y su proximidad a dos núcleos importantes de población como Segovia y Madrid.

El catálogo completo de la flora vascular de los montes Matas y Pinar de Valsaín asciende a 867 taxones (especies y subespecies). A estos hay que sumar 69 especies alóctonas, en la mayoría de los casos ligadas a ambientes urbanos, cerca de las casas y jardines, aparcamientos, etc. En general la mayor parte de estas especies se encuentran en un área reducida dentro del monte; en algunos casos encontramos ejemplares naturalizados, pero en cualquier caso no se han detectado problemas relacionados con un aumento de sus efectivos, por lo que en general y hasta la actualidad, no representan un peligro para la flora autóctona.

La variabilidad del medio físico que comprende los montes Matas y Pinar de Valsaín se traduce en una gran variedad de ambientes que a su vez da como resultado una importante diversidad de la flora y fauna en ellos presente. Así en pocos kilómetros se pasa de las cumbres a más de 2000 metros de altitud a los fondos de valle situados a poco más de 1000 metros. Las precipitaciones varían desde 1500 mm en las zonas altas a apenas 900 mm en las zonas bajas. La orientación de las laderas, unas de solana y otras de umbría, las características del suelo, generalmente menos desarrollado en las zonas altas y más profundas en los fondeos de valle, generan una amplia diversidad de ambientes que proporcionan hábitats a especies con muy distintas exigencias.

En estos montes se encuentra una amplia diversidad de hábitats naturales que van desde los robledales del fondo del valle hasta los pastizales de las cumbres, pasando por los pinares que ocupan la mayor parte del territorio, los roquedos y canchales, las turberas, las riberas de los ríos, ríos y arroyos, las acebedas, etc. Esta diversidad permite que coexistan en el mismo valle especies vegetales de alta montaña y especies típicas del monte mediterráneo; igualmente la fauna realizando movimientos altitudinales aprovecha los distintos ambientes según las épocas.
Pinar con rebollos en primer plano [Fotografía: A. Moreno]
Las principales formaciones vegetales en los Montes Matas y Pinar de Valsaín, son:
  • Pinares de Pinus sylvestris: es la formación vegetal más extendida en los montes. Ocupa desde los 1200 m hasta más arriba de los 2000 m, que es la cota supraforestal de la zona. En las cotas inferiores a los 1400 m presenta ocasionamente un sotobosque de rebollo (Quercus pyrenaica). El pino silvestre puede alcanzar alturas medias  de 25 m  y en buenas localizaciones sobrepasa los 30 m de altura llegando puntualmente a sobrepasar los 40 m. En solanas las alturas, los volúmenes de copas y las esbelteces son menores que en umbría. El sotobosque acompañante está compuesto, principalmente, por Genista florida (retama), Juniperus communis (jabino o enebro), Cytisus balansae (piorno, sinonimia de Cytisus purgans), Rosa sp. y Rubus sp. (zarzas), en los claros abiertos en medio del pinar. En las partes altas el sotobosque es de jabino, piorno, cambrón o cambroño (Adenocarpus hispanicus) y arándano (Vaccinium myrtillus), mientras que en las partes bajas, además de las retamas o escobas en zonas asolanadas (Genista florida, Cytisus scoparius) aparecen las madreselvas (Lonicera peryclimenum, L. xylosteum), serbales (Sorbus aucuparia), majuelos (Crataegus monogyna), endrinos (Prunus spinosa), brezo (Erica arborea), avellanos (Corylus avellana), cerezos (Prunus avium) y acebos (Ilex aquifolium), especialmente en zonas más umbrosas, húmedas y frescas.
  • Robledales de Quercus pyrenaica: el roble melojo o rebollo ocupa las cotas bajas de los  montes, en un rango altitudinal de entre los 1000 m y los 1400, donde su presencia parece limitada por las nevadas tardías y tempranas, que sorprenden al rebollo con la hoja verde, y por lo tanto más difícilmente desprendible, y lo tronchan, especialmente, claro está, en ejemplares jóvenes. La situación más usual de esta especie es la de monte bajo, en ambos montes. La vegetación del sotobosque de los rebollares está compuesta fundamentalmente por la estepa (Cistus laurifolius), endrino, espino negro (Rhamnus cathartica), aligustre (Ligustrum vulgare), madreselva, escobas, majuelo, rosa y codeso.
  • Encinares de Quercus ilex: formación arbolada que ocupa dos pequeñas áreas de los montes, una entre los 1300 y los 1350 metros en las laderas de Cabeza Grande y otra al norte del Cerro Matabueyes entre los 1180 y los 1225 metros de altitud. El sotobosque está compuesto por especies típicas como Cistus laurifolius, Halimium umbellatum, Thymus mastichina, Thymus vulgaris, Santolina rosmarinifolia, Lavandula stoechas ssp. pedunculata y Helycrysum stoechas
  • Cervunales: (normalmente por encima de las cotas de 1300 y 1400m, y sobre todo por encima de la cota del pinar), compuestos por la hierba cervuna Nardus stricta, y como especies acompañantes Festuca rubra, F. indigesta, Anthoxanthum odoratum, Lotus corniculatus, Trifolium pratense y Trifolium repens, de gran producción pero de baja calidad bromatológica, bastante frecuentados por la fauna silvestre, el ganado caballar y menos por el vacuno, en la época estival, que es cuando no están encharcados y aún permanecen verdes frente al resto de los pastizales de sus altitudes, ya agostados.
  • Majadales montanos: pasto continuo, desarrollado sobre suelos con pocas disponibilidades hídricas y a alturas entre los 1100 y los 1300 m. Frecuentemente en claros del robledal y del pinar. Moderadamente pastado por ganado vacuno y caballar. Las especies más frecuentes son Festuca elegans, F. ampla, Bromus rigidus, B. hordaceus, B. diandus, Poa bulbosa, Aira praecox, Lolium perenne, Lotus corniculatus, Medicago sativa, Ornithopus perpusillus, Phleum pratense, Plantago lanceolata, Trifolium strictum y T. campestre.
  • Majadal siliceo: pasto continuo, a veces con claros, sobre suelos con sequía estival (agostante, por tanto), muy pastado, sobre todo por ganado ovino y también por vacuno. Uno de los pastizales de mayor calidad bromatológica y de mejores características para el pastoreo. Se puede ver en el monte Matas sobre todo, aunque tampoco es infrecuente encontrarlo en las navas del monte  Pinar. Especies típicas de estos majadales son Poa bulbosa, Trifolium subterraneum, Bromus hordaceus, Lupinus angustifolius, Eryngium tenue, Ornithopus compressus, Medicago rigidula y Vulpia bromoides.
  • Vallicar: por acotamiento de los majadales suele formarse este pastizal, desarrollado, muy propio de zonas de cotas bajas, en suelos con algo de humedad, excepto en verano, en que se llega a agostar. Las especies más frecuentes en esta formación son Vulpia bromoides, Ornithopus compressus, Holcus lanatus, Aira praecox, Arrenatherum album, A. elatius, Briza media, Bromas hordaceus, Cynosorus echinatus, Dactilys glomerata y Trifolium striatum. Los anteriores pastizales siempre aparecen salpicados por leñosas espinosas: Rosa sp., Crataegus monogyna, Prunus spinosa, si están muy pastoreados, y a veces por arbustos inermes, sobre todo por estepa, pero también por la escoba negra (Cytisus scoparius) o la retama (Genista florida) .
  • Piornales: en el piso supraforestal, aparecen grandes extensiones de matas almohadilladas de piorno (Cytisus balansae) frecuentemente en compañía de enebro rastrero (Juniperus communis var. nana o var. hemisphaerica), brezo (Erica arborea) y cambrón (Adenocarpus hispanicus).
  • Enebrales rastreros: presentan la misma composición que los anteriores, pero dominan el jabino sobre el resto.
  • Brezales: en los que domina, de entre las cuatro especies citadas, el brezo blanco (Erica arborea). 
  • Cambroñales: donde la especie que domina es el cambroño.

Muy localmente aparecen avellanadas puras o casi puras, acebedas, siempre como sotobosque del pinar, bosques de ribera con Salix sp., Rhamnus catártica, Frangula alnus, Crataegus monogyna, fresnedas de Fraxinus angustifolia. También aparece en alguna ocasión el pinar con sotobosque de guindos (Prunus avium) y algún pequeño bosquete de álamo temblón (Populus tremula).

Flora y Vegetación en Monte Cabeza de Hierro

Flora y vegetación Cabeza de Hierro

El monte Cabeza de Hierro presenta como formación principal un pinar de origen natural de pino silvestre (Pinus sylvestris), que forma masa pura en la mayor parte de la superficie y alberga ejemplares de gran porte y longevidad. Asociado al pino aparece el rebollo (Quercus pyrenaica), especialmente en las zonas de menor altitud. Contiene, además, otras formaciones forestales protegidas como acebadas, abedulares y tejos centenarios. Esta riqueza natural le da un alto valor ecológico, cumple muy eficazmente numerosas funciones ambientales entre las que podemos destacar la regulación del ciclo hidrológico y la protección frente a la erosión, la generación de un paisaje de gran belleza y el mantenimiento de la biodiversidad.

El Monte Cabeza de Hierro, ubicado en la cabecera del valle de El Paular, se encuentra entre los 1.260 y los 2.000 metros sobre el nivel de mar, y está caracterizado por un clima de montaña. Podemos encontrar dos pisos bioclimáticos, ambos pertenecientes a la región mediterránea, casi la totalidad del terreno se corresponde con el piso supramediterráneo, salvo en sus cotas más altas, donde se ajusta más al piso oromediterráneo.

Este monte cuenta con más de 12 especies arbóreas, 6 de ellas incluidas en el catálogo de especies protegidas de la Comunidad de Madrid, incluyendo tejos, acebos, abedules, serbales y rarezas en la Sierra de Guadarrama como roble albar (Quercus petraea) y sabina albar (Juniperus thurifera). Es muy frecuente la presencia de retamas, piornos, cambroños, brezos, helechos, enebros y diversas especies del género Rosa en zonas desarboladas o de baja espesura. Entre sus características destacan su pedregosidad y sus roquedos, de interés por ser hábitat adecuado a diversas especies animales y vegetales; así como los cursos de agua, muy abundantes y patentes en el monte, tanto de carácter permanente como temporal.

Las principales formaciones vegetales presentes en el Monte Cabeza de Hierro son:
  • Pinares de Pinus sylvestris es la principal especie del monte, de origen natural constituyen la vegetación climácica. Ocupa desde los 1.200 m de las cotas más bajas del monte hasta más arriba de los 1.900 m, que es la cota supraforestal en la zona de las Cabezas de Hierro. Forma masa pura en la mayor parte de la superficie y en las cotas inferiores a los 1.500 m se presenta asociado al rebollo (Quercus pyrenaica). Se presenta formando un dosel muy continuo con árboles de buen porte, en un mosaico de bosquetes de edad y tamaños variables. Puede alcanzar alturas medias de 16 m y en buenas localizaciones sobrepasa los 20 m de altura llegando puntualmente a sobrepasar los 25 m. En solanas las alturas y cotas más altas los volúmenes de copas y las esbelteces son menores que en umbría. El estrato arbustivo está caracterizado por la presencia de la retama blanca (Genista florida), Genista cinérea y Sarothamnus scoparius en las zonas más bajas y por enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina), piorno serrano (Cytisus oromediterraneus), cambroño (Adenocarpus hispanicus) y brezo (Erica arborea) en las más altas, con presencia además de especies del género Rosa, acebo (Ilex aquifolium) y arándano (Vaccinim myrtillus). El estrato herbáceo está dominado por el helecho común (Pteridium aquilinum) en cotas bajas y medias y Avenella flexuosa subsp. iberica y Luzula lacte en las cumbreras, además de Linaria nívea, Arrhenatherum elatius subsp. Carpetanum.
  • Melojo o rebollo (Quercus pyrenaica): forma masas mixtas con el pino silvestre en las cotas más bajas del monte, en general, dominados, con escaso desarrollo, copa reducida y frecuentemente curvados. Sólo algunos ejemplares o bosquetes presentan buen porte y crecimiento. Ocupa rodales de las cotas bajas, en un rango altitudinal de entre los 1.200 m y los 1500. La situación más usual de esta especie es la de monte bajo y monte medio. La vegetación del sotobosque de los rebollares está compuesta fundamentalmente por matorrales retamoides como la retama blanca (Genista florida) y la retama negra (Cytisus scoparius), además del enebro común (Juniperus communis subsp. hemisphaerica). En cuanto a las herbáceas que suelen estar presentes con una abundancia relativa podemos destacar, entre otras: Arenaria montana, Luzula forsteri, Centaurea triunfetii, Cruciata glabra, Conopodium pyrenaeum, Hyacinthoides non-scripta, Pteridium aquilinum, Lathyrus niger y Lathyrus montanus
  • Acebo (Ilex aquifolium): En las zonas húmedas aparece algún abedul en forma de pies dispersos o formando golpes, grupos o bosquetes es frecuente en prácticamente todo el monte. El sotobosque presente es el mismo que el de las masas circundantes. Cabe destacar, por su extensión, una acebeda de 19,91 ha, ubicada en el cantón A rodal 42. Este paraje es conocido como “Los acebales”. 
  • Otras especies presentes en el estrato arbóreo: presencia de pies dispersos o en pequeños rodales de abedul (Betula alba), serbal (Sorbus aucuparia), tejo (Taxus baccata), chopo temblón (Populus tremula), e incluso algunos ejemplares de roble albar (Quercus petraea) y de sabina albar (Juniperus thurifera). En los enclaves en zonas higroturbosas o márgenes de arroyos se desarrollan trazos de bosque climácico dominados por el abedul (Betula pubescens) con sauces negros (Salix atrocinerea), temblones (Populus tremula), acebos (Ilex aquifolium), arraclanes (Frangula alnus) y fresnos (Fraxinus excelsior). En el estrato arbustivo, además de las espinosas de los géneros Rubus y Rosa y el majuelo (Crataegus monogyna), es notable la presencia del brezo blanco (Erica arborea). En el estrato herbáceo es abundante la graminea Melica uniflora, así como distintas especies de helechos (Dryopteris filix-mas, Athyrium filix-femina y Polystichum aculeatum). Puntualmente aparecen interesantes especies nemorales que se refugian en estos bosques húmedos, entre las que podemos citar Pyrola minor, Paris quadrifolia, Polygonatum odoratum, Lysimachia nemorum, Sanicula europaea, Ceratocapnos claviculata y Crepis lampsanoides
  • Matorral: es muy frecuente en zonas desarboladas o de baja espesura la presencia de retamas, piornos (Genista florida, Genista cinérea), cambroños (Adenocarpus hispanicus), brezos, helechos, enebros y diversas especies del género Rosa. También hay presencia en cotas altas de arándano (Vaccinium myrtillus).
    • Piornales de piorno serrano: dominadas por el piorno serrano (Cytisus oromediterraneus) con enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina) ocupando las zonas más elevadas de los montes. Entre las herbáceas, destacan Avenella flexuosa subsp. iberica, Arrhenatherum elatius subsp. carpetanum, Linaria nivea, Luzula lactea y Senecio pyrenaicus subsp. carpetanus. 
    • Escobonales de retama cenicienta: Los escobonales de retama cenicienta (Genista cinerascens) se desarrollan en zonas de mayor altitud que otros escobonales (retama blanca o retama negra), y están ligados a los claros o bordes de las masas arboladas. Otros arbustos que forman parte de la comunidad son el enebro (Juniperus communis subsp. hemisphaerica) y en ocasiones el piorno serrano (Cytisus oromediterraneus). 
    • Escobonales de retama blanca: Comunidades arbustivas dominadas por la retama blanca (Genista florida) que suelen estar ligadas a los melojares y a los pinares de pino albar, desarrollándose principalmente en claros o bordes de estos bosques. Otros arbustos que acompañan a la retama blanca con relativa constancia son la retama negra (Cytisus scoparius) y el codeso (Adenocarpus complicatus). En algunas ocasiones la retama negra desempeña el papel dominante en la comunidad. 
    • Cambroñales: El cambroño (Adenocarpus hispanicus) forma parte de distintas comunidades retamoides en la zona de estudio, como los piornales o los escobonales, pero en algunas ocasiones constituye la especie dominante y forma cambroñales. Son formaciones, en general, bastante densas.
    • Enebrales de enebro rastrero: principalmente en hábitats rupestres, de carácter glerícola o gelifractado, y. Se trata de una formación de matorral claro o disperso dominada por el enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina). Entre las herbáceas destaca la gramínea Avenella flexuosa subsp. iberica. También aparece con cierta abundancia la compuesta Senecio pyrenaicus subsp. carpetanus
    • Espinares: Comunidades de matorrales espinosos en los que dominan especies de rosales y zarzas, como Rosa canina, Rosa corymbifera, Rosa nitidula, Rosa micrantha, Rubus ulmifolius y Rubus lainzii. Están ligados a márgenes de arroyos de montaña y zonas higroturbosas.
  • Pastos: encontramos pastos en las cotas más altas; cervunales, en las zonas más altas donde se acumula la nieve durante gran parte del invierno; comunidades de clavelinas y dedaleras en las laderas pedregosas con escaso suelo; vallicares allí donde la topografía permite que se concentre una mayor humedad en el suelo; prados de diente por evolución de los vallicares bajo intenso pastoreo; y algunos escasos majadales también formados por intenso pastoreo.
    • Cervunales: son pastizales vivaces silicícolas higrófilos y quionófilos. Se asientan en zonas de topografía suave, donde la cobertura nival suele ser más abundante y persistente. Dominado por dos especies de gramíneas, el cervuno (Nardus stricta) y Festuca iberica. Además, podemos destacar por su presencia otras herbáceas como Campanula herminii, Jasione laevis subsp. carpetana, Pedicularis sylvatica, Potentilla erecta, Agrostis castellana y Luzula campestris
    • Vallicares: pastizales vivaces densos de talla media en los que predomina la gramínea Agrostis castellana que se desarrollan principalmente en claros de melojares o pinares y constituyen los pastizales naturales que forman parte de la dinámica de estos bosques.
    • Majadales: pastizales silicícolas de talla corta dominados por la gramínea Poa bulbosa y ricos en especies de leguminosas. Aparecen frecuentemente en la comunidad y con cierta abundancia Trifolium glomeratum, Erodium botrys, Trifolium subterraneum, Festuca ampla, Rumex angiocarpus, Biserrula pelecinus, Veronica verna y Spergula arvensis.
    • Pastizales pteridofíticos sobre canchales: comunidad muy específica formada principalmente por helechos. Son claramente dominantes Cryptogramma crispa y Dryopteris oreades.
    • Comunidades casmocomofíticas de clavelinas y dedaleras sobre roquedos silíceos: Comunidades rupícolas que colonizan grietas y repisas de roquedos más o menos compactos y verticales en los pisos orotemplado y supratemplado superior. Las especies dominantes son la clavelina Dianthus lusitanus y la dedalera endémica Digitalis thapsi. Además podemos destacar otras especies rupícolas como Asplenium septentrionale, Umbilicus rupestris, Sedum hirsutum y las gramíneas Arrhenatherum elatius subsp. carpetanum y Avenella flexuosa.

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