1. Consumo y uso responsable
El primer paso para la prevención de la generación de residuos textiles es realizar un consumo y uso responsable de estos productos:
Una vez utilizados los productos textiles, cuando el poseedor ya no los necesita o los quiere, si se encuentran en buen estado, se les puede dar un segundo uso de forma directa si se prestan o regalan a amigos y familiares o si se donan a conocidos. El textil inservible también puede tener otros usos como trapos de cocina, trapos de limpieza, protección de bienes almacenados, etc.
Si no es factible darles un segundo uso directo, los textiles se gestionan de forma diferenciada aportándolos hacia sistemas de recogida específicos (ver apartado ¿Cómo se separa en origen y se recoge?), para poderlos reintroducir posteriormente como ropa de segunda mano una vez acondicionados mediante actuaciones de preparación para la reutilización (selección, lavado, zurcido, etc.).
Los canales para dar salida a estos productos de segunda mano son:
Esta actividad no solo contribuye a reducir el impacto sobre el medio, sino que al mismo tiempo favorece la creación de puestos de trabajo en las entidades sociales o empresas de inserción socio-laboral que suelen realizar las actividades de recogida y acondicionamiento y, además, permite distribuir ropa de segunda mano a través de donaciones o venta a precios económicos a sectores de la población local u otros países que la necesitan.
Para fomentar el funcionamiento de este circuito, las actuaciones que se pueden llevar a cabo son: