Antecedentes

Antecedentes

En los años noventa empieza a surgir una preocupación en torno la tala ilegal de madera y al problema que supone para la buena gestión y la gobernanza forestal. Asimismo, los bosques empiezan a ser un tema recurrente en los foros internacionales.

En la Cumbre de la Tierra de Río (1992) se consiguen alcanzar unos principios para un consenso mundial respecto de la Ordenación, la Conservación y el Desarrollo Sostenible de los Bosques, que se plasmarían en el documento “Principios sobre bosques. Declaración de Principios para la Gestión Sostenible de Bosques”.

Como consecuencia de los consensos alcanzados en la Cumbre de la Tierra, en 1995 la Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas establece un grupo de trabajo abierto sobre bosques para continuar el diálogo sobre una política intergubernamental en este tema: el Panel Intergubernamental sobre Bosques (IPF). Dos años de trabajo generaron más de cien propuestas negociadas de acción cuyos resultados se aprobaron 1997. Debido a los asuntos que quedaron pendientes, la Comisión de Desarrollo Sostenible establece ese mismo año el Foro Intergubernamental sobre Bosques (IFF) para elaborar, en base a lo generado por el IPF, un programa de acción.

En 1998, en la Cumbre del G-8 celebrada en Birmingham (Reino Unido) se aprueba el Programa de Acción sobre los Bosques para implementar las propuestas de acción contenidas en el informe del IPF. En él se establecen una serie de medidas para promover la gestión sostenible de los bosques, abordando de manera directa la tala ilegal.

En el año 2000, en el seno de las Naciones Unidas y como continuación del IPF y del IFF, nace el Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (UNFF). Su objetivo principal era promocionar "la gestión, conservación y desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques y el fortalecimiento del compromiso político a largo plazo con este fin".

En 2001, el Programa de Acción en Bosques del G8 genera una iniciativa conjunta del Banco Mundial y de los Gobiernos de EE.UU. y Reino Unido sobre "La Aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestales" (Forest Law Enforcement, Governance and Trade, FLEGT) con una primera Cumbre Ministerial en Bali (Indonesia) en septiembre de ese año.

Tras esta Cumbre Ministerial, la Comisión Europea empieza a trabajar sobre un Plan de Acción de la Unión Europea. Por ello, en abril de 2002, la Comisión Europea convoca un grupo de trabajo internacional en Bruselas, con expertos de los principales países productores y exportadores de madera, las industrias madereras, la sociedad civil y otras partes implicadas, dentro del proceso de preparación de este Plan de Acción.

En la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que tiene lugar en Johannesburgo (Sudáfrica) en septiembre de 2002, la Comisión Europea reitera su compromiso por combatir tanto la tala ilegal como su comercio asociado. Un año después, la Comisión Europea examina los progresos registrados en el cumplimiento de los compromisos asumidos por la Unión Europea en dicha Cumbre. Para reforzar estos compromisos adquiridos, la Unión Europea adopta el Plan de Acción FLEGT en mayo de 2003, que propone una serie de medidas que tienen como objetivo combatir el problema de la tala ilegal.