La problemática de la deforestación a nivel global

Ocupando un 30% de la superficie terrestre total, los bosques albergan el 80% de la biodiversidad del planeta, actúan como sumideros de dióxido de carbono y liberan oxígeno a la atmósfera, proporcionan la infraestructura orgánica de numerosas y diversas formas de vida, son la fuente de ingresos y medio de subsistencia de aproximadamente un 25% de la población, siendo una gran parte de las tierras tradicionalmente habitadas por pueblos indígenas.

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 Gráfico 1. Bienes y servicios forestales que contribuyen a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas

Sin embargo, las amenazas para los bosques del planeta son uno de los mayores problemas de sostenibilidad de nuestra época. La deforestación y la degradación forestal, especialmente alarmantes en las zonas tropicales, son de las principales causas de la merma de biodiversidad, siendo la expansión de los terrenos agrícolas la responsable del aproximadamente 80% de esta deforestación mundial. Las emisiones derivadas del cambio de uso de tierra son la segunda causa del cambio climático, tras la quema de combustibles fósiles, y representa casi el 12 % de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. La deforestación también puede tener graves repercusiones en los medios de subsistencia de las personas más vulnerables, en particular los pueblos indígenas, que dependen enormemente de los ecosistemas forestales. 

El informe El Estado de los Bosques del Mundo de la FAO, publicado en 2020, indica que la superficie forestal disminuyó del 32,5% al 30,8% en los tres decenios comprendidos entre 1990 y 2020. Esto representa una pérdida neta de 178 millones de hectáreas de bosques, una superficie semejante a la de Libia.

La deforestación y la degradación forestal se ven impulsadas por varios factores, entre ellos la demanda en aumento de alimentos, piensos, bioenergía y otros productos básicos que ejercen una presión cada vez mayor sobre el uso de la tierra y ponen en peligro la existencia de los bosques del mundo. Para poder acotar el problema se definió el concepto de productos con «deforestación importada o incorporada» que vincula el consumo de dichos productos con la deforestación que causan al producirse. Se refiere a la deforestación incorporada, como externalidad, en un producto o servicio producido, comercializado o consumido. Aunque la mayoría de estos productos básicos se consumen a nivel local o regional, diferentes informes estiman que en la Unión Europea el consumo de productos con “deforestación importada” representa entre el 10 -16 % del total.

Es por este motivo que, a nivel europeo e internacional, se han puesto en marcha nuevos compromisos y acciones para hacer frente a los problemas de deforestación y degradación forestal mundial. El problema de la desaparición y degradación de los bosques no solo suponen una amenaza para la economía, sino también para la propia humanidad.

No existe una única solución válida, tanto la lucha contra la deforestación como el manejo forestal sostenible son retos complejos. Las soluciones deben ser específicas para cada país y región, con el doble objetivo general de proteger los bosques existentes, especialmente los bosques primarios, y aumentar de manera significativa una cobertura boscosa sostenible y con diversidad biológica en todo el mundo.

Este problema se ha tratado en todos los grandes foros y convenios mundiales relacionados con el medio ambiente, alcanzándose compromisos como los recogidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

A nivel de la Unión Europea, un hito importante alcanzado para abordar el problema de la deforestación fue el Plan de Acción sobre aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestal (FLEGT, por sus siglas en inglés), aprobado en 2003 por la Comisión Europea y que propuso diferentes medidas para luchar contra la problemática de la tala ilegal de madera y su comercio asociado. El desarrollo de sus objetivos se reflejó, entre otras medidas, en el Reglamento FLEGT de 2005 relativo al establecimiento de un sistema de licencias FLEGT aplicable a las importaciones de madera en la Comunidad Europea y el Reglamento EUTR de 2010 que tiene como objetivo garantizar que todos los productos de la madera que se comercialicen dentro de la Unión Europea se han obtenido asegurando que se respeta la normativa del país de origen.

Con el tiempo, la Unión Europea vio la necesidad de intensificar los esfuerzos adoptando medidas ambiciosas para invertir la tendencia de la deforestación. El Pacto Verde (2019), la Estrategia Europea de la Biodiversidad H-2030 y el Pacto por el Clima (2020) son parte integrante de esta estrategia de la Unión Europea para proteger y gestionar sosteniblemente los bosques. En coherencia con estas estrategia y un año después de su publicación, se ha llegado a un acuerdo entre Consejo y Parlamento Europeo en la propuesta del Reglamento para reducir la deforestación a escala mundial y se espera que el texto final esté aprobado en el segundo trimestre de 2023.

En la actualidad, nuevas iniciativas están cobrando importancia en el ámbito de la lucha contra la deforestación en el continente europeo. Entre estas nuevas iniciativas destacan:

- Iniciativas de la Unión Europea de lucha contra de deforestación y degradación forestal .

- El Partenariado de la Declaración de Ámsterdam.