Patrimonios Públicos: Vías Pecuarias

Los patrimonios públicos son un legado, y nosotros somos meros depositarios y estamos obligados a trasmitírselos a las generaciones venideras, bien conservados y si es posible mejorados.

Julio Martín Casas

Origen y definición de la red

Las vías pecuarias son las rutas tradicionales usadas por el ganado trashumante, para sus movimientos estacionales en busca de los pastos más productivos y a tal efecto, ya estaban protegidas desde al menos el siglo XII con la creación del “Honrado Concejo de la Mesta” por el rey Alfonso X, en el año 1273. El territorio de la península ibérica, por su estructura y configuración, es paso obligado de los desplazamientos de los rebaños, que buscan para su alimento los pastizales invernales de las dehesas de Andalucía y Extremadura y los pastos estivales de la Cordillera Cantábrica y Sistema Ibérico. El conjunto de los desplazamientos de ganado ha configurado una tupida red de más de 12.000 km de longitud y 50.000 ha de superficie, siendo las Cañadas Reales las vías de mayor entidad. Éstas se conectan con otras de menor anchura, denominadas cordeles, veredas o coladas y todas ella, junto con descansaderos y otras infraestructuras, forman la Red General de Vías Pecuarias (RGVP).

El Ministerio ha acordado con las CCAA la relación de aquéllas que conforman la Red Nacional de Vías Pecuarias (RNVP) como garantía de integridad y continuidad y que está compuesta por:

  • Grandes Cañadas Reales de la Mesta.
  • Vías pecuarias de carácter interautonómico e interfronterizo.
  • Cañadas, Cordeles y Veredas de especial interés.

Régimen legal, usos y conservación

Reguladas de forma general por Ley 3/1995, de 23 de marzo, de vías pecuarias,  éstas son bienes de dominio público cuyos titulares son las Comunidades Autónomas, a las que de forma general les corresponde su gestión y administración en sus respectivos territorios. Más allá de la legislación básica, muchas comunidades autónomas despliegan sus propias leyes, reglamentos y planes de actuación, al mismo tiempo que conservan las principales facultades de la administración en la materia: Clasificación, Deslinde y Amojonamiento.

No obstante, la mencionada Ley confiere a la Administración General del Estado (actualmente, al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), las facultades siguientes:

  • De intervención, en colaboración con las Comunidades Autónomas, para el aseguramiento de la integridad y adecuada conservación del dominio público de las vías pecuarias (art. 3.2).
  • De tutela sobre la Red Nacional de Vías Pecuarias, mediante el Informe preceptivo sobre actos dispositivos de las Comunidades Autónomas que afecten a dicha Red (art. 18.3).
  • De gestión (custodia y actualización) del Fondo Documental de Vías Pecuarias, en virtud de su reconocimiento formal (art. 18.5).

Las vías pecuarias constituyen un extenso y valioso patrimonio natural y cultural que, pese a su deterioro, sigue siendo clave para el tránsito ganadero y la producción de servicios ecosistémicos, configurándose como infraestructura verde capaz de mejorar la conectividad entre otros espacios naturales. Complementariamente, pueden cumplir un importante papel para el fomento de los usos turístico-recreativos y del desarrollo rural. Las vías pecuarias son, por todo ello, de gran valor estratégico en la explotación racional de recursos naturales y en la ordenación del territorio.

En efecto, la ley manifiesta en su preámbulo que la red de vías pecuarias sigue prestando un servicio a la cabaña ganadera nacional, que se explota en régimen extensivo con favorables repercusiones para el aprovechamiento de recursos pastables infrautilizados, y para la preservación de razas autóctonas. También han de ser consideradas corredores ecológicos, esenciales para la movilidad geográfica y el intercambio genético de las especies silvestres. Finalmente, y atendiendo a una demanda social creciente, las vías pecuarias pueden constituir un instrumento favorecedor del contacto del hombre con la naturaleza y de la ordenación del entorno medioambiental.

 Si bien los desplazamientos de ganado han ido abandonándose progresivamente a la par que la ganadería extensiva se reducía, muchas vías pecuarias fueron ocupadas por otros usos productivos, infraestructuras, etc. No obstante, existen iniciativas para continuar o retomar el movimiento trashumante en varias de ellas y han empezado a recuperar todo su enorme potencial para constituir un valor fundamental en los procesos de conservación del patrimonio cultural, incrementando la heterogeneidad del paisaje, actuando como reservorios de biodiversidad, así como para la mejora de la calidad de vida en el medio rural. Por ello, cuando la sociedad actual ha generado una gran sensibilidad ante los procesos ecológicos y demanda espacios naturales para su ocio y recreo, las vías pecuarias son una herramienta para lograr el bienestar a que aspira y es necesario el compromiso de todos para su uso, defensa y conservación.

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