Garajonay: Valores naturales - Aspectos generales de La Gomera

  • Geología

    La Gomera es una isla volcánica de unos 12 millones de años de antiguedad, creada por acumulación de materiales emitidos en distintos períodos eruptivos separados por prolongados períodos de calma.  

    Una característica que diferencia la Gomera de las restantes Islas Canarias reside en que las últimas erupciones se han producido hace unos dos millones de años, lo que ha permitido una prolongada e intensa acción erosiva que ha desmantelado el relieve volcánico original, dando lugar a su escarpada morfología actual.

    Los Órganos: Espectacular formación geológica en el norte de la isla (Los Órganos de Vallehermoso situados en la zona norte de la isla son un magnífico ejemplo de disyunción columnar).     

    Barranco del sur de La Gomera: El relieve de la isla de la Gomera está surcado por impresionantes barrancos producto de una continuada erosión durante los dos últimos millones de años.

     

     

  • Pisos de vegetación natural de La Gomera

    En su escasa superficie, apenas 376 km2, concentra una increíble variedad de paisajes naturales producto, en buena medida, de los contrastes climáticos originados por su acentuado relieve, que asciende a cerca de 1500m de altitud, a los que se superponen los contrastes de orientación entre el norte más verde, que se beneficia de la humedad oceánica de los vientos alisios, y el sur más seco.

    Ascendiendo de mar a cumbre se suceden diferentes pisos de vegetación que son los siguientes:

    Zona baja (desde el nivel del mar hasta los 200-300 m en la cara norte y los 400-500 m en la cara sur). Zona de elevada aridez, este piso está dominado por formaciones de tabaibal cardonal en el que destacan entre otras la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) cerca de la costa, la tabaiba amarga (Euphorbia bertheloti) y el cardón (Euphorbia canariensis), acompañados en ocasiones por matorrales de balos (Plocama pendula).

    Zona media (hasta los 500-600 m en la cara norte y los 800-1.100 m en la cara sur). Algo más lluviosa y fresca que la anterior comienza a distinguirse una estacionalidad marcada entre verano e invierno. La vegetación tiene ciertas afinidades mediterráneas siendo la formación característica el sabinar (Juniperus phoenicea), que en la cara sur es sustituido por jarales (Cistus monspeliensis) y retamares (Spartocytisus filipes y Retama monosperma). Los palmerales (Phoenix canariensis) ocupan la cabecera de buena parte de los barrancos, asociados por lo general a asentamientos humanos.

    Zona de cumbre. Cubierta por selvas, bosques y matorrales arborescentes, conocidas comúnmente como Monteverde, denominación que engloba la laurisilva caracterizada por bosques desarrollados, localizados en las zonas húmedas orientadas al norte y por el fayal brezal localizado en zonas con peores suelos en las orientaciones sur más secas o en áreas degradadas por las actividades humanas. Las formaciones de monteverde cubren actualmente en la Gomera unas 5000 has, lo que supone cerca de la tercera parte de las existentes en Canarias.

     

  • Actividades Económicas

    Entre las actividades económicas más importantes destaca la agricultura, que en la actualidad sufre una profunda crisis, siendo los principales cultivos el plátano, destinado a la exportación, y las hortalizas para autoconsumo. Sólo el turismo se muestra como la única actividad con cierto dinamismo, habiéndose consolidado tres pequeños núcleos turísticos durante los años recientes: Valle Gran Rey, Playa Santiago y San Sebastián de la Gomera, suponiendo la planta turística una oferta de unas 8.000 camas.

     

  • La humanización del paisaje gomero

    El paisaje rural gomero es el resultado de la acción humana a lo largo de siglos sobre un territorio agreste y difícil para el asentamiento humano. Los paisajes naturales, descritos en otro apartado, se encuentran en la actualidad profundamente transformados por la actividad y ocupación humanas. Destacan los admirables sistemas de terrazas resultado del esfuerzo por conquistar terrenos apropiados para el cultivo, que se ven enriquecidos por una notable red de canales y sistemas de riego que permiten el desarrollo de una agricultura intensiva exigente en humedad.

    Los asentamientos de población se instalan en las áreas susceptibles de riego, que se sitúan fundamentalmente en las zonas bajas de los grandes barrancos. La población llegó a aproximarse a los 30.000 habitantes en los años 50, nivel que puede considerarse elevadísimo si se relaciona con la superficie agrícola utilizable, más de 500 habitantes/ km2, lo que produjo una presión sobre los recursos verdaderamente agobiante. En esos años la sociedad rural tradicional, caracterizada por el aislamiento y la adaptación a la pobreza del medio, entra en quiebra, cayendo la población en picado hasta los 17.000 habitantes a principio de los años 90. Desde entonces, la población comienza a estabilizarse e incluso a subir ligeramente, superando en la actualidad los 20.000 habitantes. En estos años se ha pasado de una economía autárquica a una economía altamente dependiente, en la que la agricultura, la pesca y la ganadería, sufren un fuerte retroceso a favor del turismo, lo que lleva aparejado un lamentable abandono y deterioro del paisaje agrario tradicional.

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