Los sonidos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia

5. Bosques a primera hora de la mañana. Vendaval en las copas de los árboles. Junio en la isla del Faro, Cíes.

Ratonero

 

En las islas, rara vez las voces de las aves predominan en el fondo sonoro. El canto del mirlo, el reclamo restallante del petirrojo, pronto serán enmascarados por el soplo del viento, por el crepitar de las cortezas de los eucaliptos al mecerse.

A primera hora de la mañana comienza un recital de fringílidos, quizá el grupo de aves más abundante y variado de las islas. Con permiso, claro, de las gaviotas. Surge en primer lugar el chirrido arrastrado del verderón común, encaramado a lo más alto de un pino. Cerca, otro macho le da la réplica. 

Canta un pinzón vulgar, el característico trino potente y en descenso.

Al tiempo, desde el fondo llega el parloteo incesante, metálico, de los verdecillos, similar a la sacudida de un manojo de llaves. Uno de ellos pasa a primer término.

Entre tanto trino no cuesta mucho apreciar el silbido agudo, sibilante, de los reyezuelos listados, unos pájaros diminutos que, a pesar de todo, dejan oír su voz a gran distancia. Junto a él escuchamos la secuencia rítmica y repetitiva del carbonero común y la del garrapinos.

Todo lo anterior tenía lugar en las copas de los árboles. Más abajo, a cubierto en la maraña del suelo, canta y reclama una curruca capirotada. 

Y desde muy por encima de la bóveda del bosque, llega el maullido de un ratonero que sobrevuela la escena, mientras el vendaval vuelve a soplar con fuerza.

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Cortes sonoros

Ficha técnica