Los sonidos del Parque Nacional de Sierra Nevada

5. Primeras nevadas, otoño.

Arrendajo

 

Mediado noviembre, la nieve cubre ya la sierra. Muchas especies se refugian entonces en los pinares que trepan por las laderas escarpadas y cubren el fondo de los barrancos. Algunos cuervos sobrevuelan por encima de las copas. Las paredes de roca devuelven el eco.

Y por debajo de ellas, se escucha el reclamo áspero de los arrendajos, que en este caso incorporan la imitación del maullido de un ratonero.

Unos jilgueros deambulan por el sotobosque. Junto a un arroyo, un grupo de lavanderas blancas ha instalado el dormidero, y un carriza reclama en primer término.

Las ráfagas de viento traen al pinar el canto rítmico del carbonero y a una bandada de mitos.

Canta también un petirrojo.

El sonido de estas chovas nos lleva hasta el borde de un barranco. Escuchamos las pisadas sobre la nieve de unas cabras montesas, el balido de un chivo y los testarazos de los machos en celo.

¡Alarma! Los silbidos de alerta de las cabras se transmiten por todo el rebaño que emprende la huida barranco abajo.

Allí, grajillas, chovas y, de nuevo los cuervos, vuelan y graznan sobre las crestas rocosas

Cabras montesas

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Cortes sonoros

Ficha técnica