Los humedales costeros son ecosistemas en los que entran en contacto, en mayor o menor medida, el agua de origen continental con el agua marina. Suelen expresar una relación con los flujos de agua subterránea, con frecuencia son áreas de recarga o descarga de acuíferos. Así, la relación entre los flujos hídricos puede ser directa (mareas) o indirecta (comunicación de flujos de agua subterráneos).
Existe una gran diversidad de humedales costeros, siendo el principal factor
diferenciador la composición y concentración salina.
De los ecosistemas litorales, son los humedales los que muestran un mayor grado
de dinamismo y una mayor variedad en su régimen estacional. Por su carácter
abierto y su relación con el entorno, suelen ser ambientes eutróficos, ricos en
nutrientes. En ellos, las tasas de reciclado de materia y de producción son muy
elevados.
Las particularidades funcionales de los humedales les confieren considerables
valores e importancia ecológicos:
Áreas de invernada y descanso migratorio a numerosas colonias aves
Sus valores ambientales contrastan con su extremada fragilidad. Los humedales
son sistemas particularmente sensibles a las alteraciones de su régimen
hídrico. Muchos de los humedales han sido desecados, algunos de modo
irreversible, por razones sanitarias (zonas endémicas de paludismo) y
económicas (transformaciones agrarias).