Los sonidos del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

4. En el fango a oscuras, noche de marzo

Sapo corredor

 

Todo ocurre en el fango y los limos, en una estrecha franja a pocos centímetros sobre y bajo el agua. Es noche cerrada, templada, a finales del invierno. Es tiempo de anfibios.

Con medio cuerpo sumergido en el agua, varios machos de ranita de San Antón croan con una perfecta sincronía. Los sapos corredores pasan a primer plano.

Desde el fondo llegan los maullidos de un mochuelo, que comienza el celo posado en las ruinas de una antigua casilla de pescadores, y los gritos de avocetas y cigüeñuelas.

La doble nota arrastrada y áspera, como de madera, corresponde al sapillo moteado. Canta entre dos aguas, con medio cuerpo bajo la superficie.

Otra voz, más débil y sorda, corresponde al sapo de espuelas, y es sólo la parte audible de un sonido emitido bajo el agua.

Desde suelo seco, en alguna barra de arena, emerge el monótono silbido del sapo partero.

Entra la voz de la rana común, que muestra lo acertado del término "croar".

La noche se cierra, por último, con el graznido áspero de una garza real.

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Cortes sonoros

Ficha técnica