Mayo 2019
Un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), publicado este mes de mayo en la revista Nature Climate Change, concluye que educar a los niños sobre el cambio climático aumenta la preocupación de sus padres sobre este problema.
"Hay una gran cantidad de trabajos científicos que muestran que los niños pueden influir en el comportamiento y la posición de sus padres en temas ambientales y sociales, pero este es el primer estudio experimental que demuestra que la educación climática de niños y niñas promueve la preocupación de los padres sobre el cambio climático", dice Danielle Lawson, autora principal del artículo.
Los investigadores trabajaron con maestros de ciencias para incorporar un plan de estudios sobre el cambio climático en sus aulas. Antes de impartir la formación sobre el clima, los autores de este estudio pasaron una encuesta a 238 estudiantes y 292 padres para medir sus niveles de preocupación con respecto al cambio climático.
Un total de 72 estudiantes y 93 padres estaban en el grupo de control (no recibieron el plan de estudios sobre el cambio climático), y 199 padres y 166 estudiantes en el grupo experimental (recibieron la formación sobre el clima).
Todos los alumnos y padres volvieron a realizar la encuesta después de que los alumnos del grupo experimental hubieran completado el plan de estudios sobre el clima. "Encontramos que hubo un incremento en la preocupación por el clima tanto para los grupos experimentales como para los de control, pero que el cambio fue mucho más pronunciado en las familias donde a los niños se les impartió el plan de estudios", dice Lawson.
La encuesta climática midió la preocupación en una escala de 17 puntos, que iba desde -8 (nada en absoluto) a +8 (extremadamente preocupado). En promedio, los estudiantes del grupo de control aumentaron su preocupación en 0,72 puntos en la segunda encuesta, mientras que sus padres lo hicieron en 1,37 puntos. Sin embargo, los estudiantes del grupo experimental lo incrementaron en 2,78 puntos, mientras que la preocupación por el clima manifestada por sus padres aumentó en 3,89 puntos.
"También encontramos que los resultados fueron más pronunciados para tres grupos: progenitores conservadores, madres y padres de chicas, y padres varones", dice Lawson. Este resultado es sorprendente porque en EEUU los conservadores y los hombres suelen estar entre los menos preocupados por el cambio climático.
En promedio, el nivel de preocupación de los progenitores conservadores aumentó 4,77 puntos; en los padres y madres de chicas el 4,15 puntos; y en los padres varones el 4,31 puntos.
"Este estudio nos dice que podemos formar a los niños sobre el cambio climático y que están interesados en aprender, que comparten esa información con sus padres y madres, especialmente si se les dan herramientas para facilitar la comunicación, y que estos están dispuestos a escuchar. Esto es importante porque los estudios indican que muchos adultos son resistentes a la educación climática porque va en contra de sus identidades personales", dice Lawson.
"Para ser claros, la formación sobre el cambio climático consiste en brindar a las personas una buena base en la ciencia del clima y cultivar habilidades de pensamiento crítico", afirma Kathryn Stevenson, coautora del documento y profesora asistente de Parques, Recreación y Gestión del Turismo en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. "Se trata de educación, no de activismo. Los niños y niñas son grandes educadores ya que influyen en los adultos", apunta.