Picos de Europa: El medio natural

El Parque Nacional de los Picos de Europa se encuentra en el norte de la Península Ibérica, entre Asturias, Cantabria y Castilla y León y formando parte de la Cordillera Cantábrica. Las calizas de una antigüedad de 300 millones de años, que surgieron de los fondos marinos como consecuencia de la actividad orogénica, han originado un relieve violento donde las altas cumbres alternan con profundas gargantas y cañones. Así, en el Parque existen 200 cotas de más de 2.000 metros de altitud y desniveles superiores a los 2.300 m.

El Macizo Central, con sus cumbres nevadas, picachos y riscos, es el más abrupto de los tres macizos que componen el Parque y en él se encuentran las mayores altitudes. La Torrecerredo (2.646 m), la cumbre más alta de Picos y otras tan emblemáticas como el Naranjo de Bulnes (Picu Urriello) de 2.519 m o el Pico Tesorero de 2.570 m, donde coinciden los límites de las tres provincias. El Macizo Occidental es el más extenso, y en él se suceden las altas cumbres como la Peña Santa de Castilla (2.596 m) y Peña Santa de Enol (2.486 m), los prados de siega, los bosques de ladera, hayedos y robledales, brezales, arandaneras y turberas, arroyos y por supuesto, los lagos de Covadonga. El Macizo Oriental, de menor extensión y altitud, ofrece al visitante la dureza de la peña junto a los verdes pastizales de montaña.    

Cuatro ríos se abren paso desde las cumbres más altas de la Cordillera Cantábrica hasta los valles, en un camino tortuoso y espectacular. El río Sella, por ejemplo, que nace en Sajambre tras recorrer el desfiladero de los Beyos, pasa por Cangas de Onís; mientras que el Cares, el más bravo de todos ellos, se abre paso entre los macizos Occidental y Central, atravesando los Picos por una estrecha garganta muy conocida y visitada (Senda del Cares). Desde Fuente Dé, parte el Deva hasta llegar a Panes, dejando atrás el magnífico desfiladero de la Hermida y finalmente, el Duje, que se origina al pie de los ingentes farallones de Peña Vieja se suma al Cares en Poncebos.

 

El invierno en Picos de Europa  

Nos adentramos en un clima de montaña dominado por las grandes oscilaciones térmicas. El clima varía dentro de cada estación según soplen los vientos dominantes. Así, en pleno invierno, podemos pasar de varios grados bajo cero viento norte, a un clima seco y extrañamente cálido, con vientos del sur, en muy poco tiempo. En verano puede ocurrir lo contrario, sorprendiendo al viajero las espesas nieblas que pueden surgir en días soleados.

 

En los meses de invierno, la nieve cubre gran parte del territorio, aislando pueblos y aldeas, hasta que en primavera comienza el deshielo, dando paso a un fluir de torrentes.

En los valles de las vertientes occidental y meridional, las precipitaciones superan los 1.500 mm anuales. La vegetación arbórea típicamente atlántica antaño cubrió buena parte de los Picos de Europa, extendiéndose los bosques mixtos y robledales en la media y baja montaña, y los hayedos más arriba, preferentemente en exposición norte. En ciertos casos, como en los cañones y al abrigo de los vientos húmedos, se han desarrollado formaciones mediterráneas en las partes bajas, con encinas, laureles y madroños.

 

Los lagos alpinos más conocidos de España están formados sobre depósitos glaciares y morrenas  

Los lagos Enol y La Ercina son los únicos que han sobrevivido a los fenómenos cársticos tan frecuentes en el Parque. De origen glaciar, el lago Enol presenta una cubeta de 80.000 m2 y un calado de 24 m y se alimenta de las aguas procedentes de las nieves más altas. A diferencia del anterior, el lago La Ercina, eutrófico y con un calado de 2 m, ha desarrollado una importante masa de vegetación acuática, configurando un excelente hábitat para fochas, ánades reales y cercetas.  

 

Los fenómenos cársticos y los procesos de gelifracción conforman la actual estructura de los Picos de Europa  

Rocas lijadas y pulidas por el hielo, lechos pedregosos, coladores gigantes por los que se filtra el agua, cubetas lacustres que no han sobrevivido al karst, conforman la estructura agreste de los Picos de Europa que responde en gran parte a los fenómenos cársticos que han tenido lugar a lo largo de los siglos

El 10% de las simas del mundo, con una profundidad de más de 1.000 m, se encuentran en el territorio del Parque Nacional