El género Quercus es uno de los que más están sufriendo los efectos del cambio climático, de hecho, en las conclusiones del informe “Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española”, se prevé una reducción drástica de la superficie que ocuparán las encinas a finales de siglo, por lo tanto su protección es esencial.
En el monte de Granadilla existe un rodal adehesado de encinas (Quercus ilex) con edades próximas a los 100 años que ya está sufriendo los efectos de una sequía que va mermando el vigor de los ejemplares más longevos y sucumben ante los posibles efectos del aumento del estrés hídrico, por lo que se considera necesario proceder a una densificación del encinar, mediante la protección frente a la herbivoría de las plantas jóvenes, y la plantación, con protección, de nuevas encinas en las zonas que no existan regeneración.
Se propone una intervención unitaria pero repartida en dos ámbitos colindantes: un enclave de dehesa y la zona de pinar circundante.
Enclave de dehesa: El rodal de actuación es, de unas 17 ha en las que han realizado las siguientes actuaciones:
Zona de pinar, donde se ha actuado acotando unas 26 hectáreas alrededor de la dehesa por el oeste, norte y este, con la colocación de malla electrosoldada con postes de madera alrededor de los brinzales y chirpiales de encinas.