Amanece en pleno deshielo, cuando las aguas de miles de arroyos se juntan y engendran otras mayores. La suma de los sonidos de todas ellas, el viento contra las cumbres y la distancia rellenan el horizonte sonoro de las áreas alpinas de los Picos. A medida que la capa de nieve se retira y van apareciendo los primeros rodales de hierba, la actividad animal se intensifica. El canto entrecortado de un colirrojo tizón se anticipa a un trino largo, ininterrumpido, que asciende desde el suelo y se mantiene en el aire, describiendo círculos, durante varios minutos: la canción de las alondras indica el comienzo de la buena estación.