El desarrollo de las fuentes renovables de energía es uno de los aspectos claves de la política energética nacional, por las siguientes razones:
- contribuyen eficientemente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular del CO2.
- la mayor participación de las energías renovables en el balance energético disminuye nuestra dependencia de los productos petrolíferos y diversificación nuestras fuentes de suministros al promover recursos autóctonos.
Aunque algunas fuentes renovables son económicamente competitivas con las energías convencionales en estos momentos la gran mayoría lo serán a corto o medio plazo. En este sentido podemos señalar que las instalaciones eólicas, las centrales minihidráulicas (<10 MW de potencia nominal) y las instalaciones de solar térmica de baja temperatura han alcanzado prácticamente el umbral de rentabilidad. Sin embargo otras como la solar fotovoltaica o la solar de alta temperatura necesitan un fuerte apoyo que permita el desarrollo de la tecnología y la promoción, en su caso, de instalaciones de demostración.
La política española de estas energías está contenida en el Plan de Fomento de las Energías Renovables en España (2000-2001), aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros de 30 de diciembre de 1.999.
En el citado Plan se contemplan los siguientes tipos de energías:
- De generación eléctrica
- Eólica
- Hidroeléctrica (<10 a.3. solar termoeléctrica)
- Solar fotovoltaica
- De aprovechamiento térmico
- Solar térmica de baja temperatura
- biomasa
- biogás
- biocarburantes
- valorización energética de residuos sólidos urbanos