La zona está condicionada por la existencia de cadenas montañosas que llegan
hasta el mar, sin apenas llanuras costeras, y por la gran energía de los
temporales. El clima es templado, con borrascas que actúan a lo largo del año
dando lugar a una humedad relativa alta y a unas temperaturas suaves. Los ríos
son de corta longitud, fuerte pendiente y cuenca reducida. La costa es muy
recortada, con abundancia de entrantes y salientes, con grandes
acantilados.
La costa gallega se caracteriza por su alto nivel de complejidad y por la
presencia destacada de las rías, antiguos valles fluviales ocupados por el mar.
Las playas más importantes se encuentran dentro de las rías, a resguardo de los
temporales, o rellenando profundos entrantes de los acantilados.
La línea de costa cantábrica es rectilínea y alargada, con una fuerte pendiente
al mar, abundantes acantilados, pocas playas y rías pequeñas.
Los depósitos son generalmente de piedra y cascajos, los sedimentos se sitúan
dentro de las rías, en la desembocadura de los ríos o en las ensenadas. El
oleaje del sector Noroeste determina el sentido neto del transporte litoral en
dirección Este.
Esta zona del litoral mantiene enclaves de alto valor ecológico y paisajes
excepcionales, como son los acantilados, los cordones dunares y las
marismas.