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La conservación del medio natural.
De acuerdo con la Ley de creación del Parque, la administración de éste tiene como objetivos principales asegurar la conservación de los recursos naturales y culturales, restaurar los ecosistemas dañados, desarrollar un sistema de uso público compatible con la conservación de los recursos, efectuar actividades interpretativas y de educación ambiental que favorezcan el respeto de los ciudadanos hacia el Parque, realizar los estudios necesarios para garantizar una base científica en la gestión y favorecer el desarrollo sostenido del entorno socioeconómico del Parque.
Los principales problemas de conservación del Parque son:
El Parque Nacional de Garajonay tiene importantes valores conservacionistas que pueden resumirse de la siguiente manera:
Una de las prioridades del Parque es la reconstrucción de los ecosistemas naturales originales en aquellas zonas que hoy están ocupadas por especies exóticas. Las zonas de restauración comprenden alrededor de 500 has, concentradas en zonas elevadas de la vertiente sur donde la vegetación original era el fayal-brezal.
La eliminación de los pinares procedentes de plantaciones realizadas en los años sesenta que ahora ocupan estas áreas se hace mediante aclareo sucesivo (esto es, disminuyendo gradualmente su densidad), seguido de repoblaciones de plantitas de especies autóctonas bajo la cubierta protectora del pinar. Los pinos que inicialmente se dejan en pie para dar protección a las plantaciones los primeros años son posteriormente eliminados.
En las áreas cubiertas con vegetación natural, la intervención humana es prácticamente inexistente. Así, el bosque evoluciona de forma natural: los árboles llegan a su madurez y luego mueren, se descomponen y toda su materia y energía revierten en el ecosistema. En Europa, donde la mayoría de los bosques están intensamente transformados, sometidos a aprovechamientos humanos, los bosques del Parque Nacional de Garajonay son uno de los pocos lugares donde es posible visitar formaciones forestales en un estado cercano a su naturaleza original.
En Garajonay viven 21 especies de plantas catalogadas como amenazadas. Para evitar su desaparición el Parque está desarrollando un programa de recuperación que abarca la realización de estudios para la evaluación de sus poblaciones y tendencias demográficas, la genética de sus poblaciones, el conocimiento de su biología reproductiva y de sus necesidades ambientales, las posibles amenazas etc., que sirven para establecer las líneas de actuación. Entre éstas cabe citar la reproducción en vivero y posterior aumento de las poblaciones mediante plantación, el manejo del hábitat para disminuir la competencia o favorecer su regeneración natural, etc. Hasta la fecha, los resultados han sido muy prometedores con siete de las nueve especies con las que se ha trabajado.
Los incendios forestales son la peor amenaza para la conservación del Parque. En general, las condiciones ambientales y las características de la vegetación en el interior del Parque no favorecen la propagación del fuego, pero existen otros factores que conllevan un incremento del riesgo, como son la existencia de comunidades vegetales altamente combustibles en el entorno del Parque (matorrales de codeso y jara, así como una abrupta topografía) que junto con la sequía del verano, la presencia de numerosos núcleos habitados en torno al Parque, etc., facilitan el inicio y la propagación del fuego.
La lucha contra los incendios se realiza desde diferentes vertientes: por un lado mediante la educación ambiental de la población, por otro por medio de la prevención a través del manejo selectivo de la vegetación en lugares estratégicos, para evitar la acumulación de materiales combustibles, y por ultimo mediante un dispositivo de extinción formado por vigilantes y retenes así como medios materiales como camiones contra incendios, etc.
La investigación en un Parque Nacional es indispensable para obtener los conocimientos necesarios para una adecuada gestión. El Parque dispone de normas respecto a la investigación de otras instituciones y viene realizando sus propios estudios en campos tan diferentes como climatología, vegetación, flora, fauna, ecología, uso público, entorno socioeconómico, etc. Además en la actualidad se está desarrollando un programa de seguimiento ecológico consistente en una red de toma de datos permanente, cuyo objeto es conocer el funcionamiento y evolución del ecosistema a largo plazo.