Reflexiones derivadas del VII Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental

Reflexiones derivadas del VII Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental

Septiembre de 2014

Artículo escrito por Rodrigo Arce Rojas, ingeniero forestal, en Servindi.org (Servicios de Comunicación Intercultural), un sitio web especializado en promover el diálogo intercultural sobre temas de interés indígena y ecológico.

Bajo el lema “Educarnos juntos para la sustentabilidad de la vida” se desarrolló en Lima, Perú, del 10 al 12 de septiembre, el VII Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental. Este Congreso, que se realizó 5 años después del último celebrado en San Clemente del Tuyú, Argentina, estuvo enfocado en la educación ambiental comunitaria y tuvo como nota destacada la participación de líderes comunitarios además de educadores ambientales procedentes del sector educativo, ambiental, forestal y de la sociedad civil en sus diversas expresiones y con una temática altamente diversificada.

Para poder compartir las reflexiones derivadas de este Congreso es menester aclarar que la educación ambiental comunitaria es aquella que se realiza fuera del ámbito institucional de la educación formal. Por tanto, se inscribe más bien en lo que se tipifica como educación no formal o informal. Puede realizarse desde la propia comunidad o por agentes externos públicos o de la sociedad civil que trabajan con la comunidad y para la comunidad. Es muy importante poner de relieve que este congreso puso el énfasis en la riqueza de los valores de la educación ambiental comunitaria y de las propias comunidades que aportan sus visiones y prácticas sustentables.

De las diversas experiencias de educación ambiental comunitaria podemos encontrar una diversidad de enfoques dependiendo de qué objetivos desean alcanzar. Podemos encontrar perspectivas como la bioalfabetización, que busca que las personas conozcan los componentes y las interrelaciones de los ecosistemas para comprometerse con su cuidado y protección, o perspectivas más amplias que buscan construir y fortalecer las prácticas de la ciudadanía ambiental que es aquella que promueve la participación activa de ciudadanos y ciudadanas en los procesos de construcción de la política pública y la vigilancia social, así como el desarrollo de prácticas sustentables. En tal sentido la perspectiva de ciudadanía ambiental se enmarca en un contexto de derechos (y de obligaciones). Asimismo, la ciudadanía ambiental no se reduce a lo “ambiental” pues entiende las diferentes interrelaciones políticas, sociales, culturales de la relación sociedad-naturaleza y, por tanto, recoge las diferentes manifestaciones del quehacer humano.

En la perspectiva de la integralidad se ubican expresiones como el “bosque-escuela”, el “parque-escuela” que hace de los espacios naturales oportunidad permanente de reflexión e interaprendizaje. Se pueden extender estos conceptos para hablar de comunidad-escuela, hogar-escuela para poner de relieve que la vida misma en sociedad es el espacio y oportunidad para aprender y desaprender y avanzar hacia sociedades sustentables fusionando pensamiento, reflexión y acción.

La educación ambiental intercultural apela a un diálogo de saberes, reconociendo explícitamente, a decir de Enrique Leff, que muchos conceptos de la cultura local no son necesariamente homologables con los conceptos y prácticas de la cultura occidental. De ahí la importancia de recoger los aportes de la gran diversidad cultural de las poblaciones locales y, especialmente, los pueblos indígenas que se manifiestan en concepciones y prácticas sustentables a partir de un profundo respeto a la naturaleza y no bajo la égida de la dominación de la naturaleza por el hombre.

Si bien es cierto que existen tendencias marcadas respecto a la relación con la naturaleza desde un lado sagrado y desde el otro lado utilitarista, hay que reconocer que estos esquemas tampoco son homogéneos y privativos de sectores y actores. Mientras un sector pensante, comprometido y activo promueve el retorno a los valores originales de la relación respetuosa con la naturaleza, otro sector, producto de fuertes procesos de aculturación y de seducción por los valores del progreso materialista, trata de incorporarse a la lógica del mercado. Así que producto de estas tensiones paradigmáticas e ideológicas podemos apreciar dinámicas sociales muy diversas. De ello resulta la necesidad de que la educación ambiental enfatice su dimensión crítica y refuerce su apuesta política por la sustentabilidad. En tanto se produce un proceso acelerado de erosión y drenaje cultural, que afecta las mismas bases de la sustentabilidad, se requieren procesos de revitalización y vigorización cultural.

El reconocimiento de la incertidumbre y la complejidad de la naturaleza y del propio ser humano no debe llevarnos a la inacción, a la dispersión o fragmentación. Necesitamos recoger la riqueza de la diversidad, los aportes de la diversidad a la construcción de sociedades sustentables. Por ello, cobran más fuerza las tendencias transdisciplinarias e interdisciplinarias; las tendencias de acción intersectoriales, intrasectoriales, de los diversos niveles de gobierno y de buena gobernabilidad y gobernanza; la interacción entre lo local y lo global; las consideraciones que recuperen la diferentes dimensiones temporales; la responsabilidad para estas y las futuras generaciones.

Está claro que no podemos seguir en una apuesta ciega por el modelo económico hegemónico que impone el crecimiento económico a cualquier precio. Necesitamos (re)definir los conceptos que expliquen la gran motivación humana. Los grupos de poder secuestran los términos y los usan para perpetuar sus relaciones de dominio. Por ello existe un fuerte cuestionamiento que usa antojadizamente el concepto de desarrollo sostenible solo para seguir con sus prácticas poniéndole un poco de cosméticos. Por ello la necesidad de avanzar propuestas orientadas hacia la construcción de sociedades sustentables, más humanas, más justas, más equitativas y que recuperen el sentido de pertenencia a la naturaleza y el cosmos. En este propósito tanto la educación ambiental como la educación ambiental comunitaria tienen mucho que aportar.

NOTA: Rodrigo Arce Rojas es autor de la publicación Facilitación de procesos sociales. Manual para facilitar acuerdos sociales en el marco de la gobernabilidad democrática intercultural. 2012

Fuente:  Servindi.org

Información complementaria:  Declaración de Lima en la que se hace una propuesta regional sobre la Educación Ambiental Comunitaria y Formal como respuesta al Cambio Climático y los problemas socioambientales, de salud, alta vulnerabilidad y eventos adversos como los desastres naturales. 

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