Son las áreas más frágiles y valiosas del parque. Albergan ecosistemas únicos, especies muy sensibles o procesos naturales que necesitan la máxima protección. También pueden incluir lugares en proceso de regeneración o zonas peligrosas para las personas.
👉 Solo se permite el acceso para investigación o gestión, nunca para uso recreativo. Están cerradas al público, salvo algunos senderos muy concretos autorizados.
Se trata de áreas con un alto grado de naturalidad que pueden acoger visitantes, pero de forma limitada. Están pensadas para quienes buscan un contacto íntimo y tranquilo con la naturaleza.
👉 Se puede pasear a pie por los senderos habilitados, pero no circular con vehículos salvo excepciones de gestión o investigación. Las actividades están reguladas para garantizar la conservación.
Son espacios que mantienen un carácter natural, pero que están preparados para recibir un mayor número de visitantes. Aquí se combinan conservación, disfrute del aire libre, educación ambiental y algunos usos tradicionales.
👉 El acceso a pie es libre y el uso de vehículos podrá ser regulado. También se pueden habilitar infraestructuras sencillas (senderos, miradores, áreas recreativas), siempre respetando el paisaje y utilizando materiales integrados en el entorno.
Son áreas pequeñas destinadas a acoger instalaciones necesarias para el funcionamiento del parque y la atención a los visitantes (centros de información, aparcamientos, carreteras, servicios básicos).
👉 Aunque el acceso es libre, las construcciones deben tener un impacto mínimo, integrarse en el paisaje y no superar una planta de altura, salvo edificios ya existentes.