El 17 de noviembre del año 2015, la Asamblea General de la UNESCO ratificó la creación de los Geoparques Mundiales de la UNESCO. Su declaración se basa en tres principios: la existencia de un patrimonio geológico que sirva de protagonista y eje conductor; la puesta en marcha de iniciativas de geoconservación y divulgación; el impulso del desarrollo socioeconómico y cultural a escala local. Deben tener unos límites claramente definidos y una extensión adecuada para asegurar el desarrollo económico de la zona, pudiendo incluir áreas terrestres, marítimas o subterráneas.
La coordinación a nivel internacional se realiza a través el Programa Internacional de Geociencias y Geoparques (IGGP) de la UNESCO con el apoyo de la Red Mundial de Geoparques.
En España tienen la consideración de ‘áreas protegidas por instrumentos internacionales’ según la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.