En España, anualmente, se dan de baja alrededor de 800.000 vehículos, que dejan de ser un producto y se convierten en residuo a partir del momento en que se cumplan las dos condiciones siguientes:
- Que un CAT haya emitido el certificado de destrucción o el certificado de tratamiento medioambiental del vehículo, y
- que el vehículo se halle en el recinto del CAT que ha emitido el certificado de destrucción o el certificado de tratamiento medioambiental del vehículo.