Conservación de las áreas de montaña

Las áreas de montaña, según la Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, son territorios continuos y extensos, con altimetría elevada y sostenida respecto a los territorios circundantes, cuyas características físicas causan la aparición de gradientes ecológicos que condicionan la organización de los ecosistemas y afectan a los seres vivos y a las sociedades humanas que en ellas se desarrollan.

Las montañas son reservas de biodiversidad, de paisajes y de cultura, pero también definen el paisaje, los paisajes, de España.

La conservación de las montañas es un objetivo ineludible en las políticas de conservación de la naturaleza y de desarrollo en España, ya que constituyen uno de los rasgos más característicos del país, y la dinámica que en ellas se desarrolla determina buena parte de los procesos ecológicos y del desarrollo económico que confieren su identidad.

Las montañas fueron los primeros lugares que despertaron el interés por la protección de la naturaleza, reconociéndose sus valores geológicos, biológicos, culturales y paisajísticos en las primeras declaraciones de Parques Nacionales.

La conservación de las montañas es un beneficio para todos, pero el desarrollo sostenible de sus recursos debe beneficiar primeramente a sus poblaciones locales. La Organización de Naciones Unidas se ha interesado particularmente por las montañas, declarando el 11 de diciembre como Día Internacional de las Montañas. El Convenio de Diversidad Biológica ha puesto en marcha el programa de biodiversidad de las montañas y la FAO ejerce de Secretariado de la Alianza Internacional para el Desarrollo Sostenible en Regiones de Montaña.