La ratificación por España, el 21 de diciembre de 1993, del Convenio sobre la Diversidad Biológica, obligó a nuestro país a elaborar y adoptar el documento o documentos necesarios para responder al mandato contenido en su artículo 6.
Esto conllevó a la elaboración, con un largo proceso participativo, de la Estrategia Española para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica, que fue aprobada en diciembre de 1998.
Esta Estrategia se vio posteriormente superada por el Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.