Efectos de las masas forestales

En relación con la conservación del suelo: El bosque defiende al suelo contra la erosión de forma directa o indirecta.

De forma directa:

  • Amortigua el choque de las gotas de lluvia contra el suelo; absorbe la energía cinética de la gota, que no se empleará en separar y transportar partículas del suelo.
  • Ofrece resistencia al agua en su movimiento y disminuye la velocidad de escurrimiento de la misma, reduciéndola a la cuarta parte de la velocidad correspondiente a un suelo desnudo.
  • Las raíces contribuyen a la sujeción del suelo, impidiendo su disgregación y controlando la progresión en anchura y profundidad de los regueros.

De forma indirecta:

  • La vegetación y sus restos mejoran la estructura del suelo mediante la incorporación de materia orgánica, lo que incrementa su resistencia a la erosión.

En relación con el control de las avenidas: El bosque tiene un papel relevante, insoslayable e imprescindible en la lucha para el control de las avenidas, como consecuencia de:

  • Aumento de la infiltración ( y por tanto disminución de la escorrentía) debido a:
    • La mejora de la estructura del suelo, que por un lado mejora la permeabilidad y por otro aumenta la capacidad de almacenamiento de agua;
    • Los sistemas radicales, especialmente si se trata de vegetación arbórea, que al descomponerse crean innumerables canalillos, más o menos vacíos o rellenos de material sumamente permeable por donde circulan las aguas con relativa facilidad hasta altas profundidades;
    • El agua permanece más tiempo en el suelo por la disminución de la velocidad provocada por el incremento de la rugosidad
  • Reduce la velocidad del escurrimiento superficial por aumento de la rugosidad, y por tanto aumenta el tiempo de concentración de las aguas en los cauces, lo que repercute en la laminación de la "onda " de avenida.
  • Evita la erosión de los suelos en que se ubican las masas forestales, por lo que disminuye el caudal sólido de la corriente.
  • La transpiración de las plantas regula la dosis de humedad del suelo, manteniendo una capacidad de almacenamiento disponible aún en épocas de gran humedad.