III Jornadas de Educación Ambiental

Grupo de Trabajo: Consumo y educación ambiental

Pamplona, 10 - 12 de diciembre de 1998

 

CASO 3. "LA PECERA DE PAPEL", SEMINARIO DE EDUCACIÓN DEL CONSUMIDOR

(Maite Salom. Seminario de Educación del Consumido)


1. DATOS GENERALES

  • Nombre de la organización: Seminario de Educación del Consumidor
  • Lugar de realización: Centros escolares
  • Tipo de experiencia: Crédito variable
  • Duración: 30 horas
  • Destinatarios: Alumnado de primer ciclo de secundaria
  • Objetivos: Ofrecer elementos para una gestión racional del papel
  • Recursos humanos y materiales: Todos los profesionales de un centro de E.S.O. (alumnado, profesionales docentes, técnicos y administrativos)
  • Entidades colaboradoras y financiación: La Associació de Mestres Rosa Sensat, la cooperativa de consumo Abacus y la Universitat Autònoma de Barcelona.
  • Seguimiento: No se ha llevado a cabo ningún tipo de seguimiento

 

2. RESUMEN DE LA EXPERIENCIA

El origen de esta unidad didáctica parte del hecho que el uso del papel en un centro de Secundaria es una necesidad que se pone de manifiesto día tras día. Es evidente que el consumo de esta materia prima es muy importante tanto cuantitativa como cualitativamente. Constituye un consumo relacionado con toda la población del centro escolar: alumnado, profesorado, personal no docente (administración del centro, limpieza) y padres y madres de alumnos.

Se puede considerar que el papel y el bolígrafo son las herramientas básicas del alumnado de forma que, hoy por hoy, si no pudiera valerse de ellos, sería muy difícil poder desarrollar su trabajo de una forma satisfactoria; es decir, el papel y el bolígrafo son al alumno lo que el cemento y el ladrillo al albañil, o el pincel y el soporte del creativo. Ello le da una motivación extraordinaria al alumnado y constituye una excelente estrategia metodológica en un I.E.S. (papel, usos, tipos, formas de adquisición, puntos de compra, canales de distribución...) puede ser un buen punto de partida para acercar al aula la educación del consumidor y para poder transmitir al alumnado un modelo de ciudadanía creativo y comprometido con el medio (inmediato y global) al tratarse de un objeto de estudio tan próximo al alumnado.

Por ello, es necesario impulsar, desde el I.E.S, una acción educativa con amplitud de miras que haga llegar al alumnado un modelo de consumidor responsable con respecto al uso del papel. Debe plantearse este trabajo en el centro educativo a dos niveles: dentro y fuera del aula. Dentro del aula un cambio de hábitos implicaría, por ejemplo, que los alumnos pudieran decidir tomar los apuntes por las dos caras de la hoja, reutilizar libretas, no escribir en los libros, utilizar siempre papel reciclado. En cuanto a los docentes, implicaría pasar los dossieres con las fotocopias hechas por las dos caras, utilizar papel reciclado, etc.; es decir, lo mismo que los alumnos, pero como educadores, practicando con el ejemplo. También sería interesante averiguar si existe un lugar cercano al instituto donde se recoja papel usado o llevar a cabo recogidas del papel en el mismo centro: por aulas, pisos, niveles, etc... concienciando a los distintos sectores del centro. En relación a fuera del contexto escolar: la participación en campañas de recogida selectiva y concienciación de que el papel es un bien escaso y que hay que saber gestionar .

Si bien estamos en una época en que la informática aporta nuevos soportes para el aprendizaje, el papel y el bolígrafo siguen siendo herramientas básicas para el alumnado.

En este trabajo se parte de un planteamiento de aprendizaje socio-constructivo, en el que el alumnado participa como protagonista de su educación desde el compromiso con el medio, la creatividad, la perspectiva lúdica y la motivación, huyendo de planteamientos dogmáticos y favoreciendo el consenso y el avance colectivo hacia pautas de consumo responsables y sostenibles. Ello significa que se apoya en:

Trabajo en grupo: El grupo se organiza a partir del trabajo cooperativo, valorando el consenso en el momento de tomar decisiones, el compromiso y la responsabilidad de cada uno de sus miembros y la capacidad de construir sus contenidos. Ésta se elabora desde los propios conocimientos, la investigación en el entorno, la ayuda del profesorado, la capacidad de elaborar propuestas de intervención en el medio y la explicación a los compañeros y compañeras de las conclusiones a las que se llega.

Todo el trabajo se plantea a partir de:

Reflexión teoría-práctica: Pensamos en una práctica de laboratorio no contemplativa e investigadora, en la que el alumnado pueda diseñar experimentos que les ayuden a comprobar la validez de las hipótesis planteadas; por otra parte, también valoramos la posibilidad de diseñar de forma creadora experimentos que ayuden a los compañeros y compañeras a comprender las conclusiones a las que se ha llegado.

El medio como punto de partida y acción: Las salidas están destinadas a aumentar el nivel de conocimiento del alumnado en determinados temas. Se trata de trabajarlas desde tres perspectivas: una de preparación en la que es tan importante el lugar a visitar como la forma de llegar a él y la planificación del trabajo a realizar; una segunda que es la propia salida y el trabajo a realizar en ella y, una última, de elaboración y comunicación de los contenidos aprendidos, como partida para actuar sobre el propio medio.

El compromiso del profesorado: El modelo de profesorado que se plantea en este proyecto es el de una persona versátil, que desarrolle simultáneamente el papel de coordinador del proyecto, motive al alumnado hacia la línea de la investigación colectiva, sea capaz de dar información cuando sea necesaria y se proyecta como un modelo referencial para el alumnado y pueda aclarar y dinamizar las actividades.

Globalización de las áreas: Se entiende el planteamiento del trabajo desde una perspectiva sistémica, en la que se abordan los temas a partir de su complejidad, entendiendo que todos los elementos estudiados interaccionan en uno u otro punto; por lo tanto, la perspectiva de áreas se aborda de forma interdisciplinaria y no fragmentada en áreas herméticas.

La organización que se propone para las actividades parte del planteamiento de una educación no únicamente informativa sino que también trate las actitudes y los comportamientos. Se basa en una opción constructivista del aprendizaje en la que el alumnado pueda construir, en interacción con todos los implicados en el aula, su propio conocimiento, desarrollando la capacidad de modificar, enriquecer y diversificar sus esquemas.

Ello comporta pensar en tres tipologías de actividades:

  1. ¿Cómo lo veo, qué pienso, qué hago? : Esta primera fase es la de introducción e intenta que el aprendizaje parta de la situación del alumnado respecto al tema tratado. Se trata de hacer consciente al alumnado de su actual situación como premisa para que autogenere un cambio, centrando al alumnado en el aspecto planteado para que reflexione sobre su situación actual. Llegados a este punto se diseñan actividades que partan de la experiencia personal, situaciones cotidianas que permitan al alumno, al grupo y al profesor situarse delante del tema y conocer el punto de partida.
  2. Otras formas de ver, actuar y pensar: Cuestionados los propios puntos de vista se valora la importancia de conocer los de los otros sobre la cuestión tratada y reflexionar sobre su validez. No se trata únicamente de recibir más información, se trata de valorarla y construir nuevas maneras de ver la realidad. Deberán plantearse actividades que reflejen diversas maneras de interpretar el tema tratado; el profesorado ha de facilitar nueva información y estimular el posicionamiento del alumnado sobre ella, introduciéndose conceptos que refuercen nuevas actitudes.
  3. Nuevas formas de ver, pensar y actuar: Se considera importante una educación que contemple la acción desde la perspectiva del alumnado. Comporta plantear actividades que faciliten la reorganización de los contenidos aprendidos y nuevos campos de aplicación. Es necesario buscar situaciones educativas en las que se puedan aplicar. Son actividades en las que el alumnado tiene que decidir y el profesorado, a su vez, estimular la acción y facilitar su grado de éxito.

En referencia a la evaluación es importante señalar que la entendemos como parte integrante y esencial de todo modelo educativo. Condiciona qué, cuándo y cómo enseñar; a través de ella se toman decisiones para regular el proceso de enseñanza aprendizaje. Es una actividad valorativa e investigadora que tiene que utilizar tanto la regulación continua en los procedimientos del profesorado como en el alumnado, con instrumentos y técnicas variadas que contemplen tanto que el aprendizaje es una experiencia individual como que el conocimiento puede ser compartido.

La autoevaluación, la autorregulación y la evaluación mutua permiten negociar el conocimiento y relacionarlo para llegar a conceptos nuevos por parte del alumnado. También estimula el desarrollo del conocimiento reflexivo, consecuencia de un proceso de maduración personal surgido a través del esfuerzo individual y el trabajo colectivo. Es importante en este sentido la interacción, la capacidad de la relación social y la elevación del nivel de autoestima del alumno. La gestión de los propios errores, el planteamiento de ideas que pueden aceptarse por los demás y la potenciación de las capacidades expresivo-creativas son claves en este proceso.

La unidad didáctica se ha diseñado partiendo de una diagnosis, comunicando al alumnado los objetivos de la unidad así como los criterios de evaluación, estructurándola en pequeños ciclos de aprendizaje (actividades) alrededor de la regulación continua que permita la anticipación y la planificación de la acción, concluyendo con una aplicación de la misma, evaluando procedimientos, conceptos y actitudes.

En cada actividad de las que se propone se contempla este esquema de evaluación que, según cada actividad, será de regulación, autorregulación individual o evaluación mutua permitiendo, por último, una evaluación sumativa que con las dos últimas actividades propuestas, de aplicación de toda la unidad, dan fin al proceso.

Como mecanismo de evaluación individual se considera la posibilidad de realizar por parte de cada alumno un diario de campo. En él se resumirán las actividades realizadas, se anotarán valoraciones y reflexiones al respecto y aquello que el alumno considera que ha aprendido cada día. El texto inicial y su reflexión en el diario pueden servir de evaluación inicial y motivación hacia el proyecto.

Los resúmenes y las reflexiones sobre cada actividad pueden servir al profesorado de pauta de evaluación formativa de cada alumno.

Los objetivos que se plantean en referencia a la unidad son los siguientes:

  • Proporcionar elementos al alumnado para que, como consumidor de papel sepa escoger el más adecuado en cada caso y conozca las influencias sociales, económicas y ecológicas que tiene el producto que está utilizando, adquiera consciencia de que la tecnología posibilita el uso de más materiales y, por tanto, no siempre ha existido el papel.
  • Reflexionar sobre el uso del papel y su diversidad en las actividades actuales de las personas.
  • Conocer las repercusiones ambientales, las limitaciones que supone el uso y la fabricación de papel en la actualidad.

Todos estos objetivos se concretan en aspectos directamente relacionados con la vida del centro escolar, con el fin de que el alumnado los interiorice y aplique, a través del análisis de la auditoria de escuela, la elaboración de una revista escolar para explicar sus aprendizajes y la elaboración de un modelo de gestión del papel en el centro. A lo largo de la unidad se realizan 20 actividades. Algunas las realiza toda la clase y se orientan a la fase de exploración o a la definición de una acción respecto a la gestión del papel en el centro. También se plantean actividades a realizar en pequeño grupo con temáticas diferentes y contemplando espacios de intercambio de información entre los diferentes equipos de trabajo. A lo largo de toda la unidad existe un eje conductor en forma de creación literaria que sigue el argumento de un pez que se sumerge en la aventura de conocer el mundo a partir del papel.

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