Se presenta la versión definitiva del "Manifiesto por una educación democrática en valores"

Manifiesto por una educación democrática en valores
Septiembre 2018

Un primer borrador del Manifiesto por una educación democrática en valores, creado por Jaume Carbonell, Miquel Martínez, Josep Mª Puig, Jaume Trilla y Pedro Uruñuela –todos ellos muy ligados al ámbito de la educación–, fue remitido a otras de las voces representativas y reconocidas por su labor en universidades, proyectos, sindicatos, medios y centros educativos, entre otros, para que hicieran sus aportaciones y propuestas y se adhirieran a sus principios.

Entre ellas encontramos a Pedro Badia (Secretario política educativa CCOO), Roser Batlle (Red Española de Aprendizaje Servicio), Carlota Bujons (Pedagoga. Escola Projecte de Barcelona), Carmen Fernández Morante (Profesora Universidad de Santiago de Compostela), José Gimeno Sacristán (Profesor de la Universidad de Valencia), Àngels Grado (Presidenta de Convives), Pere Nieto (Cap d’estudis de l’Escola Gravi), Luis Núñez (Profesor Universidad de Sevilla), Miquel F. Oliver (Profesor Universidad de les Illes Balears), Pau Rodríguez (Periodista), Clara Romero (Profesora Universidad de Sevilla), Aurora Ruiz (Colectivo Lorenzo Luzuriaga), Marina Subirats (Profesora Universitat Autonoma de Barcelona), Aina Tarabini (Profesora Universitat Autonoma de Barcelona), Antoni Tort (Profesor de la Universitat de Vic) y Nélida Zaitegui (Miembro del Forum Europero de Administradores/ras de la Educación de Euskadi).

Así nació este documento, que recoge los principios que sustentan 12 propuestas para fomentar una educación en valores, que necesariamente debe nacer de la convivencia, el diálogo y el compromiso de todos los agentes educativos. Tres constataciones motivan y se encuentran en su origen.

La primera es que el actual contexto social y cultural dificulta y, a la vez, exige generalizar una educación en valores verdaderamente democrática y compartida. Una sociedad cada vez más plural -con diversidad de ideologías, códigos morales, formas de vida y tipologías familiares, identidades de origen, lenguas,…- ha de contar con una educación que, partiendo de esta misma diversidad y respetándola, sea capaz de asegurar unos valores compartidos básicos que posibiliten la convivencia entre personas y colectivos tan heterogéneos.

La segunda constatación es que la educación en valores parece haber sufrido en los últimos tiempos un cierto reflujo. Debido, entre otros factores, a la crisis económica y a la situación política, la agenda educativa ha relegado aspectos importantes relacionados con la educación en valores para centrarse en otros asuntos aparentemente más inmediatos o llamativos, con una impronta más individualista y competitiva. Y además, cuando la agenda política y mediática ha tenido que atender a cuestiones muy directamente relacionadas con la educación en valores, lo ha hecho casi siempre en clave de conflicto.

Y la tercera constatación es que, a pesar de todo lo anterior, en numerosas instituciones educativas se vienen desarrollando excelentes iniciativas de educación democrática. 

Partiendo de los 12 principios que rigen la educación democrática, se desarrollan las siguiente 12 propuestas basadas en distintas experiencias de educación en valores y que sirven de punto de referencia para avanzar:

  1. La democracia es una forma de vida que debe impregnar los centros y calar en el alumnado.
  2. La educación democrática se construye en espacios de convivencia y aprendizaje participativos.
  3. La educación democrática se apoya en una relación formativa de reconocimiento que fomente la autonomía, la responsabilidad y el compromiso social. 
  4. La educación democrática invita al alumnado a participar en actividades que permiten vivir valores cívicos. 
  5. La educación democrática considera todas las materias del currículum como oportunidades para formarse en valores y como ciudadanos y ciudadanas.
  6. La educación democrática programa espacios y actividades para dialogar sobre temas relevantes a la luz de los Derechos Humanos.
  7. La educación democrática incorpora en el currículum prácticas de ciudadanía que permitan al alumnado realizar un servicio a la comunidad. 
  8. La educación democrática defiende la laicidad del sistema educativo y la libertad de conciencia. 
  9. La educación democrática se extiende más allá del tiempo escolar e incluye experiencias que contribuyen a la educación integral.  
  10. La educación democrática promueve el uso responsable y crítico de las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación. 
  11. La educación democrática requiere una política educativa que cuente con la participación de todos los agentes afectados y evite todo tipo de segregación en la escuela y fuera de ella.
  12. La educación democrática requiere que el profesorado pueda dedicar tiempo a dilucidar las cuestiones importantes de su vida profesional. 

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