Águila pescadora (Pandion haliaaetus)

Águila pescadora (Pandion haliaaetus)

NOMBRE CIENTÍFCIO: Pandion haliaaetus

NOMBRE COMÚN: Águila pescadora

DESCRIPCIÓN: Rapaz fácil de identificar, de tamaño grande (entre 52 y 60 centímetros de alto, 152-167 cm de envergadura), cola larga y estrecha, y alas angulosas y muy alargadas. El plumaje de las partes superiores es de color pardo oscuro, mientras que por la parte inferior  es prácticamente blanco, salvo en las alas, que están manchadas de negro en las puntas y en las zonas de flexión. La cabeza, también de color blanco, presenta un antifaz marrón.

HÁBITAT: Estrechamente ligada al medio marino durante la cría, nidifica en acantilados tranquilos y pesca cerca, en pequeños golfos, albuferas, bahías o lagunas cercanas al mar. Los adultos reproductores del Mediterráneo e islas Canarias son básicamente sedentarios, pero todos los jóvenes se dispersan, hasta que regresan a las zonas de nacimiento para intentar reproducirse.

TAMAÑO DE LA POBLACIÓN: La población reproductora en España era de 30-38 pp. en 2000-2002, con 15-20 pp. en Canarias, 15-17 pp. en las Baleares y 1 pareja en las islas Chafarinas (Melilla). A principios de la década de 1980 la población se había reducido a 16-24 pp., pero inicia una etapa de recuperación moderada en Baleares y, diez años más tarde, en Canarias  hasta las estimas actuales. En las Chafarinas, una pareja localizada en 1983 se reprodujo hasta 1996, y en 2002 se instaló una nueva pareja.

AMENAZAS: Su drástica disminución se ha debido a una combinación de causas que incluyen la persecución directa, aunque su incidencia actual se ha minimizado, y la destrucción del hábitat (construcción de urbanizaciones y/o instalaciones turísticas y recreativas en zonas costeras) y molestias en las zonas de nidificación (tránsito de excursionistas y pescadores, apertura de senderos, talas de vegetación, actividades náuticas…). En Chafarinas concretamente, la principal amenaza es la  interacción con la Gaviota Patiamarilla (Larus cachinans) que, tanto en forma de acoso como cleptoparasitismo podría provocar problemas en la reproducción por estrés o falta de alimentación.

En Baleares y Canarias se han desarrollado diversos proyectos de censo y estudio de la población, seguimiento vía satélite, instalación de nidos artificiales y vigilancia. Actualmente se desarrolla un programa de reintroducción en Andalucía.

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