Diseño de Medidas Correctoras

  • En este capítulo se recogen una serie de actuaciones orientadas a atenuar el efecto barrera de las infraestructuras lineales de transporte sobre las poblaciones de vertebrados terrestres. La práctica totalidad de estas medidas han mostrando su efectividad en los países donde se han desarrollado.

    Estas actuaciones se refieren a intervenciones sobre la propia vía y el entorno afectado. Se proponen, asimismo, tanto medidas a tomar en el diseño de nuevas infraestructuras como adaptaciones de algunas estructuras de las vías en funcionamiento.

    En el Anexo I se muestran las fichas-modelo de los principales dispositivos de canalización de fauna y de las modificaciones de elementos viarios a los que se hace referencia en el informe. Estos modelos no deben entenderse como un conjunto cerrado de posibilidades, sino que su combinación y adaptación a las características fisionómicas y ecológicas de cada área debe optimizar su efectividad.

  • Actuaciones en áreas adyacentes

    Las condiciones de los terrenos adyacentes a la vía juegan un papel importante en la importancia e intensidad del efecto barrera provocado por la infraestructura.

    La alteración de las condiciones naturales de las áreas adyacentes durante las fases operativo y/o de construcción, retrae a las especies más sensibles a las modificaciones de su hábitat, aumentando la anchura de la franja fronteriza. Esta circunstancia debe ser tenida en cuenta en todo momento por los responsables del proyecto, especialmente cuando afecte áreas sensibles o con presencia de especies valiosas.

    Cuando se dispongan diseños específicos para el paso de vertebrados a través de la vía es necesario que se haga aprovechando las zonas menos alteradas, generalmente con una buena cobertura de vegetación. Estos terrenos actúan como embudos naturales que direccionan la fauna hacia las áreas acondicionadas al paso. Para ello deben seleccionarse zonas previamente empleadas por la fauna en sus desplazamientos y evitar en ellas movimientos de tierras y otras actuaciones que supongan importantes modificaciones del hábitat.

    Durante la fase de explotación, en las áreas adyacentes a los pasos de fauna también puede hacerse necesaria la prohibición de acceso a personas o, en su caso, la ampliación de la franja de seguridad marcada por Ley para actividades cinegéticas.

    En general, este tipo de medidas correctoras se refieren a cuatro tipos de actuaciones, las relativas a (i) la propia fauna, (ii) la topografía del terreno, (iii) la vegetación y (iv) los usos humanos.

    1.1. Fauna

    La iniciativa más elemental para atenuar el efecto barrera, es conocer las comunidades de vertebrados terrestres a intersectar por la vía y sus alternativas. La colaboración de los responsables del proyecto con técnicos medioambientales y responsables de conservación del medio natural puede permitir, a priori, evaluar la incidencia del efecto barrera según las especies afectadas y escoger la posibilidad menos impactante.

    En las nuevas vías y en aquellas preexistentes, el conocimiento de la comunidad faunística de las áreas adyacentes así como de la movilidad de las especies, permite la elección óptima de las medidas correctoras a aplicar en cada caso. La selección de estas medidas debe hacerse siempre en función de las especies susceptibles de utilizarlas. 

    En los puntos 7.2. y 7.3. se indican modelos de mecanismos de posible integración en las vías. Para aumentar la aceptación de estas nuevas estructuras puede resultar procedente realizar un aporte de comida, sales u otras sustancias apetecidas por los vertebrados en las inmediaciones de los pasos.

    En las infraestructuras de mayor envergadura, es conveniente el desarrollo de un plan de seguimiento de la dinámica poblacional y movimientos de las especies de más valor presentes en el entorno, con objeto de incrementar la efectividad de las medidas dispuestas.

    1.2. Topografía

    Los cambios artificiales en el relieve, taludes de pendiente acusada, etc. dificultan la movilidad de los vertebrados terrestres. Cuando a ellos se añade una pobre o inexistente cobertura vegetal, constituyen barreras infranqueables para la mayoría de las especies.

    Siempre que sea posible deben evitarse los grandes talud es, tanto terraplenes como desmontes. Cuando este tipo de pendientes resulten inevitables en el diseño de la infraestructura deben acompañarse de dos tipos de actuaciones: (i) unas orientadas a integrar paisajísticamente estos nuevos perfiles, (ii) otras encaminadas a habilitar lugares adecuados de acceso de fauna entre ambos lados de la vía.

    La restauración de los taludes disminuye con el tiempo la aversión hacia ellos de la fauna silvestre. Para conseguir este objetivo la tierra vegetal de la zona afectada debe ser retirada y apilada en pequeños caballones para, posteriormente, ser reextendida. Cuando se considere necesario, esta tierra vegetal puede enriquecerse con plantaciones de leguminosas o abonos y, en cualquier caso, repoblarse con especies propias del entorno.

    Siempre debe procurarse que, o bien los drenajes situados bajo los terraplenes reúnan la características adecuadas para permitir el paso de fauna, o existan pasos anexos específicos para esta (ver puntos 7.2.1. y 7.3.5.). De no existir pasos especialmente diseñados para los vertebrados, los desagües no deben presentar estructuras que impidan la movilidad de los vertebrados terrestres a través de ellos.

    1.3. Vegetación

    La estructura y grado de desarrollo de la vegetación constituyen factores de la máxima importancia para los vertebrados terrestres. La alteración de estas características de la vegetación en las áreas adyacentes a la vía tiende a provocar su rechazo por las especies más sensibles, por lo que debe ponerse especial cuidado en evitarlo en las áreas de paso.

    Cuando, como consecuencia de la construcción de la propia vía, se produzcan daños sobre la vegetación de las áreas adyacentes es necesaria su restauración, y de una forma especial en los enclaves de paso de vertebrados.

    Siguiendo a Bennet (1991), los aspectos que deben considerarse prioritarios en las labores de revegetación son:

    - Empleo preferente de vegetación autóctono

    - Utilización de especies con resistencia a las condiciones que se dan en las cercanías de la vía

    - Relleno de huecos y creación de zonas continuas tanto para mejorar la conductividad de cara a la fauna como para evitar alteraciones microclimáticas

    - Unión entre zonas bien conservadas

    - Regeneración de comunidades poco comunes o amenazadas

    Es conveniente que las labores de plantación se enmarquen dentro de un plan de revegetación de la vía y su entorno que persiga, no solo su restauración paisajística sino la creación de una banda utilizable por la fauna circundante y que, cuando proceda, direccione a esta hacia los puntos de paso establecidos.

    Tanto en pasos específicos, como cuando se pretenda adecuar al paso de vertebrados estructuras de desagüe de una vía preexistente, deben seleccionarse aquellas próximas a áreas de vegetación bien conservada y realizar plantaciones dispuestas en forma de embudo colector hacia el paso.

    1.4. Usos

    La alta accesibilidad de las zonas cercanas a las carreteras, que en determinadas circunstancias se ven frecuentadas por un número elevado de personas puede acentuar el efecto barrera sobre la fauna de vertebrados silvestres.

    La integración de la carretera en el medio debe contemplar este factor, considerándolo en el conjunto de las medidas correctoras propuestas para las áreas adyacentes a la vía.

    Las áreas de descanso de las carreteras nunca deben ubicarse en las inmediaciones de pasos de vertebrados. En zonas especialmente importantes por constituir un paso preferente de fauna sensible a la actividad humana puede resultar conveniente la prohibición de acceso, limitando incluso los usos agropecuarios.

    En las áreas próximas a los puntos de paso de fauna puede hacerse procedente una gestión especial en materia cinegética. En cualquier caso, es imprescindible un control del furtivismo en estas áreas donde confluyen los individuos para acceder de un lado a otro de la vía, para lo que es necesario contar con la colaboración del personal encargado de esta labor.

  • Actuaciones sobre estructuras preexistentes

    Cuando exista evidencia de estar produciéndose el efecto barrera en determinada infraestructura viaria y no se cuente con el presupuesto adecuado para la instalación de pasos específicos, pueden realizarse modificaciones en las estructuras preexistentes con objeto de atenuar su incidencia.

    Estas modificaciones afectan, básicamente, a tres elementos de la vía: (i) los drenajes, (ii) la mediana y (iii) los cerramientos.

     2.1. Drenajes

    Siempre que económicamente sea posible es conveniente complementar las redes de drenaje con pasos para fauna. No obstante, los drenajes que reúnen condiciones para ello son utilizados por los vertebrados para desplazarse entre ambos lados de la vía. De ahí la importancia de que, cuando no concurran pasos específicos de fauna los canales de desagüe estén acondicionadas a este fin.

    Los pasos de aguas bajo la vía que se corresponden con notables desniveles del terreno son generalmente atravesados por los vertebrados, incluso los más sensibles a la presencia del hombre. Así por ejemplo, durante el transcurso de la labor de campo del presente informe se ha constatado el paso de gatos monteses y otros pequeños carnívoros bajo puentes de la Nacional IV a su paso por Despeñaperros (Jaén) y de la línea de ferrocarril que atraviesa el Monte del Pardo (Madrid). En la primera localidad incluso un ejemplar de lince cruzó la autovía bajo un puente de grandes dimensiones.

    Los desagües bajo la vía de menor tamaño son empleados como paso también por un amplio elenco de vertebrados terrestres (ver anexo III), aumentando su utilización cuando la cobertura de vegetación en la entrada y salida es elevada.

    Sin embargo, en los pequeños sistemas de drenaje pueden existir una serie de elementos que impiden el movimiento de la fauna a través de ellos, llegando incluso a suponer un factor de mortalidad directa. La mayoría de estas estructuras son susceptibles de mortificarse para evitar estas consecuencias sin alterar por ello su funcionalidad original. Los principales elementos de deseable adaptación son:

    Canales en U

    Se emplean con frecuencia en arcenes y medianas para canalizar la escorrentía de la propia vía y los arcenes hacia los desagües. El material más comúnmente empleado en su construcción son piezas prefabricadas de hormigón.

    Dependiendo de su altura, longitud y rugosidad pueden convertirse en barreras infranqueables para los anfibios y ciertos micromamíferos y reptiles, llegando a constituir trampas mortales cuando caen en ellos. La instalación cada 40 o 50 m de pequeñas rampas de hormigón rugoso hacia el área de cuneta evita la mortalidad. Cuando el desagüe bajo la vía reúna buenas características para el paso de estos pequeños vertebrados, el sistema se convierte así en un colector adecuado hacia el paso.

    Siempre que sea posible es aconsejable la instalación en los arcenes de canales de drenaje con ángulos abiertos hacia la cuneta, de forma que permitan el escape de los animales sin necesidad de rampas especiales.

    Arquetas de entrada y sifones

    Las arquetas de entrada al sistema de drenaje y los sifones son necesarios para decantar los materiales en suspensión que el agua arrastra y que podrían obstruirlos. Es deseable que al menos los dos lados de estos elementos orientados en la dirección del flujo de agua sean lo suficientemente tendidos y rugosos como para permitir el escape de la pequeña fauna que caiga en ellos accidentalmente.

    Estos dispositivos no suelen presentar peligro para vertebrados de tamaño superior a un erizo. No obstante su acondicionamiento evita la mortalidad de pequeños vertebrados.

    Salidas de los drenajes

    Es deseable hacer coincidir las salidas de los drenajes de la vía, con los cursos naturales preexistentes, y siempre que sea posible, no permitir la concurrencia de un excesivo flujo que pueda desencadenar procesos erosivos en las zonas de desagüe. En caso contrario es frecuente la formación de una cárcava en la misma salida, lo que dificulta el acceso de pequeños y medianos animales. Una medida que reduce este inconveniente es la instalación de una solera plana de hormigón o cemento a la salida del drenaje.

    De existir cerramiento en la vía las entradas y salidas deberían quedar fuera de este. En su defecto ha de instalarse en el vallado alguna estructura que permita el escape del área de cuneta de los animales que utilicen el drenaje.

    2.2. Medianas

    La franja de terreno situada entre ambos sentidos de una autovía o autopista está frecuentemente revegetada con especies pantalla y/o mantiene restos de las formaciones vegetales originales. Además, normalmente las medianas tienen un muro o valla de separación entre calzadas, que constituye una barrera más al paso de vertebrados terrestres.

    Es muy frecuente que los animales que han penetrado en la calzada deambulen entre el cerramiento exterior y el de la mediana hasta ser atropellados. En determinadas circunstancias puede ser deseable la apertura de pequeños pasos a intervalos regulares en el muro de la mediana e instalar, coincidiendo con ellos salidas unidireccionales en el cerramiento exterior.

    En ciertas ocasiones, los dos sentidos de la vía quedan separados por una mediana de una considerable extensión espacial. Estas "islas" de mediana pueden funcionar como refugio y llegar a albergar comunidades relativamente estables, ya que en la mayoría de las ocasiones son poco frecuentadas y no sostienen aprovechamiento agropecuario. En estos casos es muy conveniente duplicar el sistema de vallado y acondicionar debidamente los drenajes para el paso de fauna. Asimismo, es recomendable la plantación de pantallas vegetales cercanas a los puntos de entrada y salida.

    2.3. Cerramientos

    En los tramos de las vías cerradas sin pasos específicos para la fauna o drenajes aptos para su utilización por esta, se producen normalmente atropellos de animales que, tras atravesar la valla por alguna abertura no saben salir de ella. Cuando no se considere viable la instalación de pasos es necesario valorar la incidencia de este factor de mortalidad frente al efecto barrera que supondría un cerramiento más exhaustivo de la infraestructura. Si se estima de mayor impacto el primero y una vez detectados los principales puntos de mortalidad, es necesario reparar las entradas a través del cerramiento con objeto de impermeabilizar la calzada al paso de fauna.

    En los tramos en los que abunden los jabalíes es necesario enterrar la valla unos 20 cm (lo que también impide el paso de conejos) y reforzarla en su base con uno o varios alambres de mayor grosor.

    En cualquier caso, la instalación de puertas abatibles, trampillas y rampas de escape en las áreas preferentes de atropello, así como en las cercanías de pasos utilizables por la fauna consigue paliar este problema con un coste análogo a la sustitución del cerramiento.

    En vías no cerradas con alta incidencia del factor atropello, la instalación de un cerramiento parcial puede contribuir a direccionar la fauna hacia los puntos donde puedan realizar el tránsito sin peligro. La elección del ancho de malla, altura del cerramiento y los tramos de instalación, permiten canalizar diferencialmente a las distintas especies.

  • Diseños específicos

    Bajo este, epígrafe se recogen aquellas medidas cuya ejecución responde a un diseño específico para atenuar las consecuencias del efecto barrera y/o facilitar el movimiento de los vertebrados terrestres.

    Dentro de este conjunto de medidas correctoras se distinguen, a un nivel funcional, tres grandes grupos: (i) las estructuras de sustitución, (ii) los cerramientos y estructuras asociadas, y (iii) los pasos para fauna. En estos últimos se diferencian otros tres tipos: (i) los pasos elevados, (ii) a nivel y (iii) bajo nivel.

    3.1. Estructuras artificiales de sustitución

    Este bloque de medidas recoge diseños orientados a facilitar el acceso a los recursos de importancia cuya búsqueda mueve a las poblaciones de vertebrados a desplazarse a través de la vía.

    Cuando se detecte la imposibilidad de acceso de los vertebrados a estos puntos presentes en el lado opuesto de la vía (o cuando este motivo suponga una mortalidad por atropello no asumible) y no sea posible habilitar pasos adecuados, pueden construirse estructuras que suplan estas carencias. Es el caso de bebederos, charcas de reproducción de anfibios, refugios, etc.

    En las fichas del anexo 1 se muestran, a título orientativo, las características de algunas de estas estructuras. En cualquier caso, es necesario su mantenimiento y un seguimiento de su efectividad para corregir posibles deficiencias del sistema asociadas a la acción de cazadores furtivos o depredadores oportunistas, cuyo impacto sobre las poblaciones afectadas puede revestir mayor gravedad que el efecto que se pretende corregir.

    Conviene tener presente, asimismo, que este tipo de medidas solo atenúan algunas de las consecuencias del efecto barrera, pero no aquellas ligadas al aislamiento de poblaciones.

    3.2. Cerramientos y estructuras de escape

    Los sistemas de vallado en las vías sirven tanto para impedir el acceso a los animales a la vía o a zonas no deseadas, como para canalizarlos hacia los pasos adecuados. Por tanto, estos elementos acompañan a la mayoría de los diseños de medidas correctoras con objeto de aumentar su efectividad.

    Se distinguen dos tipos de medidas relativas a los cercados: por un lado, los propios cerramientos y por otro, las estructuras dispuestas para permitir el escape hacia las áreas adyacentes de los animales que se encuentren en el interior de la vía.

    Cerramientos y vallas directoras

    La impermeabilización de la vía al acceso de vertebrados terrestres cuando existen pasos dispuestos en número y localización adecuada, puede ser el mecanismo más conveniente para disminuir la incidencia del efecto barrera a la vez que se evita la mortalidad por atropello. Las vallas metálicas con ancho de malla progresivo descendente son las más aptas y económicas para esta finalidad.

    Las características de la valla en cuanto al material empleado, altura, ancho de malla o extensión cercada, permiten obtener una elevada selectividad sobre los grupos faunísticos objeto de actuación. Por tanto, cuando se pretenda direccionar a un paso específico determinado grupo faunístico (p.e. el flujo de anfibios anuros hacia sus lugares de reproducción), debe escogerse el tipo de cerramiento más adecuado a dicho grupo.

    Estructuras de escape

    Con frecuencia, los animales consiguen atravesar el cerramiento hacia el interior de la vía y, una vez en ella, no pueden escapar, pereciendo atropellados.

    En las áreas de vías cercadas donde se detecte una elevada mortalidad por atropello (generalmente asociada a defectos en el cerramiento, proximidad de enlace con vías secundarias no cercadas, etc), y siempre en las 'inmediaciones de pasos de fauna deben instalarse mecanismos unidireccionales de escape de fauna desde la calzada al exterior.

    Existen varios diseños para este tipo de estructuras (ver anexo I), pero todos responden al principio de unidireccionalidad en su función y necesitan una cierta labor de mantenimiento.

    3.3. Pasos elevados

    Son las estructuras que permiten el paso de animales por encima del nivel de la vía.

    En áreas montañosas los túneles propios de vía suelen generar impactos importantes durante su construcción, pero en la fase de explotación permiten a la fauna, no solo acceder de un lado a otro de la vía sino utilizar con normalidad la superficie situada sobre ella.

    En circunstancias de impacto especialmente grave este tipo de pasos puede ser recreado artificialmente. Se trata la mayoría de las veces de estructuras complejas y costosas, pero que se revelan muy eficaces a largo plazo. Estos falsos túneles, se habilitan en centroeuropa para el paso de ungulados y grandes carnívoros.

    Cuando se contemple su construcción y una vez detectada el área conflictiva, debe aprovecharse la topografía del terreno. En los tramos en que la vía atraviese una depresión puede recubrirse de una techumbre de hormigón y realizar sobre esta un aporte de áridos que enrase las elevaciones colindantes. Sobre este aporte se añade tierra vegetal y se realizan plantaciones tendentes a establecer una continuidad vegetal entre ambos lados de la vía. En estas plantaciones debe emplearse vegetación autóctono análoga a la existente en el entorno de la vía.

    3.4. Pasos a nivel

    Este conjunto de medidas tienen como objetivo canalizar el paso de fauna a través de enclaves más o menos concretos de la propia vía, pero reduciendo al mismo tiempo la posibilidad de atropello en dichos puntos. Tan solo deben emplearse estos pasos cuando no sea posible el empleo de otros elevados o subterráneos.

    Dentro de este apartado se incluyen actuaciones sobre la propia fauna y los usuarios de las vías de transporte.

    Medidas sobre la fauna

    Son las medidas destinadas a (i) impedir el acceso de animales a la vía excepto en los lugares dispuestos a este fin, y/o (ii) evitar el paso cuando discurren vehículos.

    Además de los cerramientos ya comentados anteriormente, para el primer objetivo se pueden emplear sustancias repelentes (p.e. orina sintética de depredadores), o modificar las inmediaciones de la vía para hacerlas inadecuadas al paso en los tramos no deseados.

    Para el segundo objetivo se emplean los reflectantes evitan el paso en presencia de vehículos, si bien su efectividad es muy desigual según los grupos faunísticos.

    Medidas sobre el tráfico de vehículos

    La medida más efectiva es el corte total o parcial del tráfico en los periodos críticos, medida que no resulta viable en la mayoría de ocasiones. Sin embargo, en pequeñas vías de transporte con itinerarios alternativos y durante periodos cortos de tiempo puede ser la mejor solución. Este puede ser el caso de pequeñas carreteras que interceptan un flujo de anfibios hacia sus lugares de reproducción; el corte del tráfico durante la noche en las jornadas críticas atenúa considerablemente el efecto barrera.

    Cuando no sea factible cortar el tráfico en las áreas más conflictivas, pueden instalarse señales indicadoras del paso de fauna y dispositivos tendentes a reducir la velocidad de los vehículos, tales como bandas sonoras.

    3.5. Pasos bajo nivel

    Constituyen la tercera alternativa de paso para la fauna a través de una carretera o trazado ferroviario. Este último bloque de diseños abarca desde los pequeños pasos para anfibios hasta los proyectos de grandes "biotúneles".

    Con los puentes de grandes dimensiones ocurre algo similar a lo comentado para los túneles, por los que transcurre la vía: el impacto sobre la fauna se genera durante la fase de construcción, pero posteriormente son utilizados por todos los grupos faunísticos para moverse por debajo del nivel de la vía. Esta situación puede emularse elevando el nivel de la infraestructura y constituyendo los denominados "biotúneles". Su aceptación por la fauna es más inmediata que en el caso de los "biopuentes" por permanecer la vegetación original, pero presentan los mismos inconvenientes económicos que estos y su impacto paisajístico puede ser mayor.

    Los pasos bajo la vía de menor tamaño tienen un coste reducido cuando se realizan a la vez que la propia infraestructura. Su instalación en combinación con cerramientos adecuados produce resultados satisfactorios para las especies de mediano y pequeño tamaño. Existen diseños específicos para determinados grupos (ver anexo I) pero, generalmente, su aceptación es más amplia de contar con una adecuada cobertura vegetal en las áreas de entrada y salida.

    En pasos de pequeñas dimensiones siempre es conveniente que drenajes y accesos para fauna no coincidan. Cuando esto no sea posible es necesario acondicionar los pasos para que cumplan ambas funciones. Algunas modificaciones de los drenajes tendentes a este fin se comentaban en el punto 7.2.1.