Abril 2017
La educación es uno de los derechos fundamentales de los seres humanos, esencial para poder ejercitar todos los demás derechos. Constituye la base sobre la que se sustenta el progreso e implica una concienciación cultural y conductual gracias a la que adquirimos conocimientos y valores que hacen posible que realicemos cambios, tanto en el terreno intelectual como en el emocional y social.
Nuestro mundo demanda una transición hacia nuevos modelos económicos que sean coherentes con los límites del planeta, por lo que se hace urgente extender a todos los rincones la alfabetización medioambiental y climática. Precisamente hacia el logro de esta meta se dirige la campaña del Día Mundial de la Tierra 2017.
Resulta crítico que todos los ciudadanos conozcamos y entendamos conceptos como «cambio climático», «no pérdida neta» de biodiversidad, «degradación de la tierra», «huella ecológica» o «huella de carbono» para que seamos conscientes de cuestiones ecológicas fundamentales y promovamos con nuestro comportamiento y estrategias las medidas y políticas que requiere nuestro mundo para seguir sosteniendo nuestro bienestar y garantizar el de las generaciones futuras.
Lograr este propósito pasa por hacer llegar a la ciudadanía conocimientos básicos de educación ambiental que faciliten el desarrollo de buenas prácticas en todos los ámbitos sociales, empresariales, públicos y privados, así como el impulso de tecnologías y empleos respetuosos con el medioambiente.
Hacia la consecución de esta meta se han dirigido numerosas acciones por parte de entidades de todas las nacionalidades con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Tierra, celebrado el 22 de abril.
El conocimiento es el motor más poderoso que nos emponderará a todos de forma que apostemos por un cambio de hábitos que se traduzca en soluciones que protejan nuestra biodiversidad y los recursos que se derivan de ella. Solo de ese modo quedará garantizada la continuidad de la fuente de nuestro bienestar y desarrollo.
Cabe recordar que en 2016, nuestro planeta entró en déficit ecológico el 8 de agosto como consecuencia de un mayor consumo de recursos y servicios de la naturaleza por parte del hombre de lo que la Tierra es capaz de regenerar en todo un año. Según datos de la Red Global de la Huella Ecológica (Global Network Footprint, GNF), nuestro mundo comenzó a estar en números rojos desde el punto de vista ecológico cinco días antes que en 2015 -cuando se llegó a esta situación el 13 de agosto- y 11 días antes que en 2014 -cuando se entró en déficit ecológico el 19 de agosto-.
Lo que sucederá este año aún está por ver, pero nos podemos hacer una idea de cómo están las cosas gracias a la edición 2017 de las cuentas ecológicas nacionales publicadas por GNF, que incluyen la huella ecológica y la biocapacidad de más de 200 países y regiones.
Por su parte, los técnicos de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) han revelado que la temperatura media de la superficie terrestre y oceánica del pasado mes de marzo fue la segunda más elevada registrada durante los meses de marzo, desde que se iniciara el registro de estos datos por parte de la agencia norteamericana en 1880. Además, la temperatura media global hasta la fecha también ha sido la más calurosa registrada.
El aumento de la temperatura terrestre y oceánica está asociado a episodios meteorológicos climáticos extremos que provocan impactos sobre los sistemas naturales y humanos. Según el Quinto informe de evaluación del grupo intergubernamental de expertos sobre cambio climático (AR5), los impactos del cambio climático generalmente se refieren a «efectos en las vidas, medios de subsistencia, salud, ecosistemas, economías, sociedades, culturas, servicios e infraestructuras como consecuencia de la interacción de los cambios climáticos o fenómenos climáticos peligrosos que ocurren en un lapso de tiempo específico y a la vulnerabilidad de las sociedades o los sistemas expuestos a ellos. Los impactos también se denominan consecuencias y resultados. Los impactos del cambio climático sobre los sistemas geofísicos, incluidas las inundaciones, las sequías y la elevación del nivel del mar, son un subconjunto de los impactos denominados impactos físicos».
Coincidiendo con el Día Mundial de la Tierra y para avanzar en la concienciación y acción sobre los problemas ambientales, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha abierto el plazo de inscripción para los Premios Jóvenes Campeones de la Tierra, dirigidos a personas de entre 18 y 30 años con ideas innovadoras para conservar el medioambiente.
Cada año, seis jóvenes -uno de cada región del mundo- serán nombrados Jóvenes Campeones de la Tierra. Los premiados recibirán financiación inicial, capacitación intensiva y orientación personalizada para ayudarlos a convertir en realidad sus grandes ideas sobre el medioambiente.
Fuente: Mercados de Medio Ambiente