Proyectos emprendedores que intentan devolver la vida al mar

Basuras marinas

Cada año entran en los océanos entre seis y ocho millones de toneladas de basuras marinas, según el último informe de Ecologistas en Acción Basuras marinas, plásticos y microplásticos, de los que los plásticos representan más del 80 %. Este grave problema de contaminación y la amenaza que suponen para las especies que habitan los océanos han sido el punto de partida de una serie de proyectos emprendedores que, a través de la creatividad, el I+D+i y una fuerte voluntad por cambiar el modo de hacer las cosas están siendo ejemplos de cómo devolver la vida al mar desde la economía verde.

De acuerdo con estudios recientes, más de 690 especies han tenido alguna interacción con las basuras marinas. Los animales se enredan en ellas y confunden los fragmentos más pequeños con comida, lo que puede provocar su intoxicación y acabar con su vida. Además, los desechos marinos provocan pérdidas económicas en los sectores dependientes del mar y en la producción en general.

En este contexto, diversas iniciativas de la Red Emprendeverde, promovida por la Fundación Biodiversidad, intentan ayudar con sus proyectos a paliar esta situación y han visto en la limpieza de los océanos un nicho de negocio.

Uno de los ejemplos más conocidos es el de Ecoalf, pionera en el desarrollo de una moda sostenible orientada a la economía circular que recoge residuos marinos del fondo del mar, los trata y los convierte en hilo para fabricar ropa y accesorios. Ecoalf trabaja con 3.000 pescadores de 40 puertos recogiendo y transformando 250 toneladas de residuos marinos al año y reciclando casi el 80% de los materiales que salen del mar.

En el mundo del textil también está The Running Republic, una firma de ropa deportiva que elabora sus prendas a partir de tejidos reciclados procedentes de botellas de plástico y basura plástica de los océanos. En su caso, el 84% es la media de materia reciclada presente en sus tejidos y aseguran que con 1 kilo de material reciclado producen unas tres camisetas, lo que significa un kilo menos de basura plástica en los océanos y 5 kilos menos de CO2 en la atmósfera durante el proceso productivo.

La marca de bañadores Now-Then crea colecciones de eco-lujo hechas de manera responsable y limitada. Investigan en los tejidos más sostenibles y es una marca asociada al proyecto ECONYL, reciclando basura rescatada del mar para darles una segunda vida en forma de tejido. Con cada bañador que producen reciclan 300 gr. de basura marina y sus tejidos y componentes son "detox", ya que poseen la certificación Oekotex100 que garantiza que están libres de tóxicos y sustancias nocivas para la salud.

Sea2see fabrica gafas de sol a partir de materiales reciclables recuperados de los océanos. Para ello, cuentan con contenedores de plástico en las playas españolas y tiene acuerdos en puertos con cofradías de pescadores para obtener su materia prima. Una vez recogido el material, se selecciona, se corta y se limpia y tras este proceso costoso, se envía a Italia para la fabricación de sus gafas.

Andrew Turton y Pete Ceglinksi son los cradores de Seabin Project, una iniciativa para instalar papeleras (seabins) de recogida de los residuos que flotan en el mar. Las seabins funcionan como puntos de un sistema automatizado de recogida de basura flotante.

Las redes de pesca en desuso y la chatarra de aluminio son la materia prima de una funda de móvil 100% reciclada que se comercializa bajo el nombre de Popsicase. Las redes se clasifican, se lavan, se trocean y se funden en un laborioso proceso de transformación cuyo resultado es un palet de plástico 100% reciclado que se usa para su fabricación.

El reciclado de velas de barcos para convertirlas en accesorios es el punto de partida de The Sail Doctor, empresa que elabora bolsos y complementos que dan una segunda vida a una vieja vela. Esta misma materia prima es la que utiliza Dvelas para su mobiliario de diseño: sillones, pufs, sillas, mesas y colgadores en ediciones limitadas, etiquetados con los datos de origen y fabricados artesanalmente en España. En el sector del mobiliario se mueve también Aiba Studio, que fabrica lámparas hechas a partir de boyas defectuosas o inservibles, ya sea por fallos en la fabricación o por el deterioro causado por el uso.

Todas estas iniciativas, contribuyen, cada una a su manera, a disminuir la contaminación marina con su emprendimiento y a demostrar que hacer las cosas de otro modo es posible.

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