En una primera fase, se propone a los participantes un sencillo y a la vez ambicioso reto colectivo:
El consumo global de agua y energía de los hogares españoles es muy significativo. Concretamente, los ciudadanos somos responsables del 30% del consumo de energía y del 10% del agua total de nuestro país. Estos datos dibujan un escenario perfecto para impulsar cambios que permitan un uso más sostenible y solidario de los recursos colectivos. Cambios que tendrán dos consecuencias muy positivas: para nuestro bolsillo, con un ahorro en la factura familiar, y para el patrimonio común, con un ahorro de recursos que se traduce en un ambiente más saludable.
En la segunda fase, a los participantes de ediciones anteriores se les propone continuar con un nuevo reto:
Los principales objetivos de esta segunda fase del programa son: que las familias participantes se hagan más conscientes de los efectos de sus decisiones de consumo; aprendan a planificar lo que realmente necesitan; eliminen progresivamente los productos superfluos y nocivos para el medio ambiente o la propia salud; y opten cada vez más por aquellos productos más saludables y éticos.
En la tercera fase, como objetivo final se plantea:
Con estos objetivos se pretende que las familias incorporen e interioricen en su vida cotidiana las actitudes y hábitos de consumo trabajados a lo largo del programa.