Eficacia en el servicio

Planta regeneradora de agua dentro de la EDAR de Viveros de la Villa (Madrid) con una producción de 1.332.233 m3/año de agua regenerada para riego de parques y zonas verdes.

El agua, como elemento imprescindible para la vida, requiere ponerse al servicio de las personas y de la sociedad en su conjunto. En este sentido, en un país como España la eficacia en el servicio es una premisa básica que orienta la actuación para  lograr los objetivos recogidos en la planificación y gestión del agua. Y debe hacerse con eficiencia, es decir, haciendo el mejor uso del recurso disponible sin merma de la seguridad en el suministro, mediante técnicas de ahorro, de gestión de la demanda, de reutilización, de uso conjunto de aguas subterráneas y superficiales, etc. y el empleo de técnicas no convencionales (desalación o reutilización), que constituyen, cada vez más, las líneas de actuación preferentes para la gestión de un recurso tan escaso como preciado.

España, con una gran irregularidad de las precipitaciones en tiempo y espacio, cuenta con un conjunto de infraestructuras hidráulicas en las que descansa no sólo la garantía de abastecimiento de agua sino también  la gestión de riesgos tales como las sequías e inundaciones- exacerbados por el cambio climático- así como la consecución de los objetivos medioambientales. Como resultado, se puede citar la existencia de más de 1200 grandes presas, una fuerte inversión en la modernización del regadío (el sector que más agua consume en España) con 1,5 millones de hectáreas de regadío modernizadas en los últimos 15 años, grandes obras de conducción y transporte de agua como el trasvase Tajo-Segura, una apuesta por los recursos no convencionales, siendo el cuarto país del mundo en capacidad de desalación y primer país de Europa en reutilización...